No hubo chupinazo, ni estaba el santo para encomendarse a él, ni había una calle asfaltada ni plaza al final del camino, pero lo vivieron con tanto entusiasmo como si realmente estuvieran corriendo por las calles de Pamplona.
Han sido los militares españoles desplazados a Besmayah, en Irak, los que, coincidiendo con el comienzo de los encierros de San Fermín han querido celebrar el suyo propio en la zona en la que pasan ahora mismo sus días.
Decenas de ellos en la base de Besmayah, han decidido hacer ver que, como cantaban primero Los Panchos y más recientemente Antonio Orozco, el coach de La Voz, 'la distancia no es el olvido' y han celebrado también como se merecía el día grande sanferminero.
Eso sí, como de toros no andan sobrados precisamente por aquellos lares, han optado porque a éstos les sustituyeran en la carrera varios vehículos con lo que ellos consideraban un «atuendo bovino» y, al grito de «¡Viva San Fermín!» han corrido en la base en uno de sus tiempos libres y haciendo un ejercicio similar al que tienen a diario para mantener la forma.
M. A.