Se ha hecho justicia para las dos mujeres que fueron objeto de abusos sexuales el primer día de Sanfermines. Los culpables han sido juzgados el pasado lunes. Uno de los agresores ha sido condenado a 8 meses de cárcel y una multa de 750 euros, que deberá abonar a la víctima en concepto de indemnización. Otro de los acusados, un amigo suyo deberá pagar 240 euros y una indemnización a la víctima de otros 400 euros por un delito de agresión leve hacía la misma. Otro de los culpables ha reconocido los hechos y ha sido sentenciado a 8 meses de prisión además de una multa de 500 por tocamientos.
El hecho ocurría la noche del pasado domingo, en un bar de Pamplona. La primera de ellas se disponía a salir de los aseos cuando un extraño se le acercó por la espalada y comenzó a restregarse contra ella. Después la victima sufrió agarrones por detrás y manoseos en las caderas y los glúteos. La escena se vio interrumpida porque un amigo de la mujer entró a defenderla. A continuación ambos abandonaron el bar, pero cuando se encontraban ya en la calle alguien les arrojó un objeto que no llegó a impactarles, por lo que volvieron a entrar en el establecimiento para identificar al autor del lanzamiento. En ese momento se acercó un amigo del agresor a la víctima cogiéndola fuertemente del cuello, propinándole un golpe en la cara y zarandeándola, con lo que le causó un esguince cervical, erosiones en antebrazos y estigmas de presión cervical. También sufrió tocamientos por parte de su agresor, que tras la sentencia el hombre entrará en prisión durante 8 meses.
A pesar de que este año el Ayuntamiento de Pamplona ha endurecido y reforzado las medidas para paliar el acoso y la violencia sexuales para estos Sanfermines, desde el inicio de las fiestas el día 6 al mediodía hasta l noche del martes, son ya siete las denuncias que se han presentado por conductas indebidas y sexuales hacia mujeres.
Por su parte, el Ayuntamiento anima a las mujeres agredidas y a la ciudadanía en general a denunciar este tipo de conductas tanto desde el punto de vista judicial como desde el punto de vista social, desde la convicción de que una postura de rechazo activa es la mejor vía para acabar con estos comportamientos.
Rocío Morales