El bloqueo político de Castilla- La Mancha parece haber llegado a su fin. El tira y afloja de Podemos con los socialistas de Emiliano García-Page ha terminado por destensar la cuerda tres meses después. Este jueves los líderes de PSOE y Podemos, el presidente regional, Emiliano García-Page, y el diputado de la formación morada, José García Molina, anunciaron un acuerdo de Gobierno que, además, salvaría los presupuestos. Pero con el anuncio no se ha dicho aún la última palabra. Son las bases de Podemos las que decidirán si sus diputados se integran o no en el Ejecutivo de Page aunque -esta vez sí- el líder nacional de Podemos, Pablo Iglesias, ha dado su bendición.
La coincidencia en tiempo y forma de los acuerdos y desacuerdos en la comunidad autónoma no deja de resultar llamativa. Este pacto se ha hecho público después de que Pedro Sánchez, que nunca ha ocultado su disposición a llegar a acuerdos con “otras fuerzas progresistas”, haya establecido sus principios al frente de la secretaría general dl PSOE y apenas unos días antes de que se reúna con Iglesias en el Congreso de los Diputados. Ambos líderes se encontrarán el próximo lunes en la Cámara Baja.
Pero el impacto de las claves nacionales en la política regional castellanomanchega fue mucho mayor durante el periodo de crisis interna en el PSOE. El gobierno de García-Page fue posible gracias a un acuerdo de investidura en 2015 con los dos diputados con los que cuenta Podemos en la cámara autonómica pero los socialistas se quedaron sin el apoyo de sus socios morados el 26 de septiembre. Fue precisamente durante esos días cuando los movimientos de los socialistas estaban en plena efervescencia de cara al Comité Federal del 1 de octubre -en el que Pedro Sánchez se vio obligado a dimitir al frente del PSOE-.
La coincidencia en el tiempo es interpretada por algunos socialistas como un intento de presión por parte del partido de Iglesias a García-Page, contrario a cerrar un pacto con Podemos a nivel nacional. De hecho, días antes de la ruptura unilateral del acuerdo por parte de Podemos en Castilla-La Mancha, los rumores sobre un pacto entre Sánchez, Iglesias y los independentistas catalanes habían hecho saltar las alarmas entre los críticos con el entonces secretario general. La situación terminó desencadenando la dimisión de la mitad de la Ejecutiva de Sánchez para forzar su salida.
El otro duro golpe que asestaron los dos diputados morados al presidente castellano-manchego fue durante la aprobación de los presupuestos, en el mes de abril. Los dos diputados morados decidieron no apoyar los presupuestos en el último momento y después de haber cerrado un pacto con los socialistas. Las sospechas de que la influencia de las claves nacionales tuvieron un gran peso en esa decisión también están muy presentes para algunos socialistas. De hecho, algunas fuentes apuntan a que apenas dos horas antes de hacer pública la decisión, el diputado regional David Llorente, el segundo diputado de la formación morada, no tenía claro si apoyaría o no los presupuestos.
La nueva coincidencia, en este caso de la votación de presupuestos con las primarias socialistas, también ha llamado la atención a varios socialistas en Castilla-La Mancha, que leen el movimiento con una nueva forma de presión. Pedro Sánchez había vuelto a proponer llegar a acuerdos con Podemos si él ganaba las elecciones y García-Page continuó en la línea de apoyo a las tesis de Susana Díaz, públicamente contraria a un acercamiento con Podemos.
Acuerdo o elecciones
En cualquier caso, las alternativas en Castilla-La Mancha no eran muchas: o García-Page conseguía un acuerdo para conseguir aprobar los presupuestos o se vería obligado a convocar elecciones. De hecho, el presidente autonómico amenazó hace menos de un mes con esta última opción a José García Molina. Sin embargo, el panorama electoral no sería favorecedor para ninguno de los dos partidos, con un PSOE en mitad de su congreso regional y una bajada significativa del apoyo a Podemos en la comunidad autónoma.
Sea como fuere, los líderes nacionales de los dos partidos han dado su visto bueno al nuevo pacto. Este mismo viernes, Pedro Sánchez ha dicho que el presidente castellanomanchego tiene “autonomía” para decidir los acuerdos con otras fuerzas. «Como ejecutiva, el PSOE queremos que haya estabilidad parlamentaria, estabilidad en el gobierno, que salgan adelante las importantes políticas sociales en el anteproyecto de presupuestos, que afortunadamente se desbloquearán como consecuencia de este acuerdo de las dos fuerzas progresistas», ha recalcado el líder socialista.
Por su parte, Pablo Iglesias ha respaldado el acuerdo, en el que Molina tendría la vicepresidencia del Gobierno regional, una forma de conseguir una visibilidad que ha caído en picado para la formación morada.
Hacemos política para cambiar las cosas. A veces, sólo gobernar garantiza el cambio. Ahora las bases decidirán. Felicidades @josegarmolina pic.twitter.com/yp5nTBZGMZ
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) 13 de julio de 2017
Paula Pérez Cava