El hallazgo de esta necrópolis prehistórica en el municipio monegrino de Sena ha sido posible gracias al descubrimiento de dos urnas y una tapadera en el mismo lugar, en el que se ubicaba el cementerio visigodo del siglo V d.C., objeto original de la excavación. La procedencia de estos restos pertenecieron a un rito funerario de los Campos de Urnas, datado aproximadamente del 1.000 a.C. Se trata de un rito de pueblos centroeuropeos que se dio en la península Ibérica.
Según explican los especialistas, los Campos de Urnas, que se encuentran ubicados en España en los territorios de lo que es ahora Aragón, La Rioja, Navarra, Cataluña o el norte de la Comunidad Valenciana, pertenecen a una etapa de la historia comprendida entre la Edad de Bronce y la Edad de Hierro.
Este periodo conlleva una serie de cambios culturales muy relevantes «como son el paso a las inhumaciones en la cultura de la muerte», según afirma un portavoz de la asociación promotora de la excavación. Este descubrimiento, en concreto, determina un cambio en los ritos funerarios, en el que nuestros antecesores pasaron de enterrar a sus fallecidos a incinerarlos. Los restos eran metidos en urnas pequeñas en un agujero en el suelo, algo que representa uno de los nuevos cambios con las etapas anteriores“, según informa otro de los arqueólogos.
«Se trata de un conjunto de gran interés arqueológico, que abarca un periodo del que aún nos quedan muchos aspectos por conocer«, concreta, Hugo Chautón, responsable de la asociación promotora de la excavación.
Rocío Morales