Los Mossos han detenido a dos personas, que ya han ingresado en prisión provisional, acusados de robar a una veintena de ancianos, de entre 80 y 90 años, a los que sustraían dinero y joyas en sus casas, donde entraban haciéndose pasar por operadores del servicio de teleasistencia para gente mayor.
Según ha informado hoy la policía catalana, los detenidos son dos hombres de 29 y 36 años, nacionalidad española y vecinos de Barcelona, que han ingresado en prisión provisional acusados de veinte delitos de hurto y un robo con intimidación.
Los arrestados se ganaban la confianza de las víctimas, en su mayoría octogenarios y nonagenarios, para que les permitieran acceder a sus domicilios haciéndose pasar por operadores del servicio de teleasistencia.
Una vez dentro de los pisos, aprovechaban un descuido de los ancianos para llevarse dinero y joyas.
Según los investigadores, los dos detenidos obtuvieron más de 40.000 euros sólo con la venta de las joyas robadas en el mercado negro.
Los Mossos d'Esquadra abrieron la investigación el 2 de junio, después de que una mujer de 80 años denunciara que había sido asaltada en su piso.
La mujer dijo a la policía que el día del robo recibió una llamada del servicio de teleasistencia, con la excusa de actualizar sus datos personales y que, unos minutos después, dos hombres que se identificaron como trabajadores del sistema de atención se presentaron en su domicilio y le pidieron permiso para entrar
Una vez dentro de la vivienda, los dos hombres la amenazaron con un cuchillo para que les entregara joyas y dinero, ante lo que la mujer les dio 550 euros y varias joyas
Tras semanas de investigación, los Mossos d'Esquadra lograron identificar a los dos autores de este robo y les atribuyeron también una veintena de hurtos cometidos con el mismo método en Barcelona: siete en el distrito del Eixample, diez en Sants y dos en Les Corts
Tras la detención, los Mossos registraron los domicilios de los detenidos, en el distrito del Eixample, donde intervinieron documentación y joyas de diferentes víctimas.
EFE