Esta droga se conoce como DMT, 'escamas de sapo' o 'molécula de Dios' y procede de las glándulas del Bufo Alvarius, un sapo centroamericano. Se extrae a través de las escamas de este sapo endémico de la frontera entre México y Estados Unidos. Las playas de España están en alerta por el creciente consumo de esta potente droga cuya moda se une a otras como la del gas de la risa a base de óxido nitroso. Es el alucinógeno más potente del mundo, aunque tiene unos precios algo altos. Su venta se realiza a través de internet y su consumo se produce a través de la inhalación del humo. Una sesión cuesta aproximadamente unos 100 euros, con un acompañante que se llama chamám.
En ciudades como Madrid, Marbella o Barcelona se ofrecen estas sesiones. Sus efectos son muy fuertes, puede ocasionar gritos, alucinaciones, ojos en blanco, ansiedad y a la larga pueden ocasionar psicosis o autismo, pero la reacción es diferente en cada persona. Esta sustancia es peligrosa y está penada como otras sustancias como el LSD o la cocaína. Bajo la apariencia de simple alucinógeno y medicina alternativa, los distribuidores de la droga han comenzado a hacer conocido su ritual en nuestro país.
Las sesiones se ofrecen como turismo chamánico, pero son fiestas privadas donde los “chamanes” se llevan altas sumas de dinero engañando a la gente que quiere consumir la sustancia. Se realiza en la playa, donde se vapea las escamas del sapo y al momento el que lo consume vive una transmutación y experimenta un “renacer” a base de visiones y alucinaciones. Según los chamanes que realizan estos rituales, el consumo de la escama de sapo alivia las adicciones a las otras drogas, sin embargo, los médicos advierten que nunca se han probado estos efectos.
Para este verano hay una lista de espera muy larga, debido a que la sustancia es bastante difícil de conseguir. Para producir la droga, se le exprimen las escamas al sapo para luego cristalizarlas y que sean aptas para consumo.
Cristina Sánchez