Los antisistema catalanes, su supuesta organización juvenil, “Arrán”, han distribuido hoy un video en que muestran su asalto a un restaurante y varias embarcaciones de recreo en el Moll Vell de Palma de Mallorca. El objetivo de la acción radical es, supuestamente, denunciar el turismo insostenible.
“El turismo mata los barrios” era el lema con el que asaltaron el autobús turístico en Barcelona, yras haber boicoteado las bicicletas turísticas de la Ciudad. Las pancartas exhibidas en Mallorca (“Aquí se está jugando la lucha de clases”) reafirman su voluntad de intimidar a los turistas a los largo del verano.
La acción que se produjo el 20 de Julio se tradujo el lanzamiento de bengalas y pancartas delante de los yates y provocaron una llamativa humareda. Por otra parte, boicotearon las cenas en un restaurante del puerto, entrando en masa y lanzando confeti a los comensales.
“Paralizar el turismo masivo que destruye Mallorca y que condena a la clase trabajadora de los Països Catalans a la miseria”. Este es el objetivo anunciado en un manifiesto emitido tras hacer público el escrache turístico contra el llamado “turismo elitizador”
Hasta ahora, la formación juvenil anticapilista había colgado pancartas antiturísticas en la Conselleria de Turisme, la Catedral del Palma y en diferentes establecimientos hoteleros mallorquines. Tras su protesta en el puerto marítimo anuncian nuevos actos de “turismo borroka”.
El silencio de Colau
Ada Calau no ha reaccionado con la suficiente firmeza, de acuerdo con los planteado por asociaciones de empresarios, que consideran que estas acciones dañan la imagen de la ciudad.
Algunos medios británicos ya se han hecho eco de estas acciones contra el turismo. Solo el concejal de Barcelona Santi Vila se ha pronunciado con rotundidad, asegurando que la CUP estaba «cometiendo un gran error», añadiendo que la campaña de Arran daña la imagen de Barcelona y Cataluña y «no ayudará a la causa de la independencia».
Nada más conocer sus declaraciones, Mireia Boya, diputada de la CUP del parlamento catalán, rechazó el «neoliberalismo» de Vila, diciendo que equivalía a «pura violencia económica».
Laura Flores, portavoz de Arran, ha dicho que el vandalismo era «una respuesta a la violencia que enfrentamos todos los días. La calle debe tener permiso para hablar, es el único lugar donde podemos pelear «.
Lo único que se ha obtenido de Ada Colau es un tuit donde señaló que «la protesta contra el turismo nunca debe significar intimidar a la gente».
Colau ha aumentado su impopularidad con la industria turística. Tras introducir la moratoria hotelera e iniciar una campaña contra la vivienda turística, ha asumido un papel beligerante contra un turismo que ha crecido de forma exponencial en los últimos años.
La deriva radical de la CUP
La presión que en el contexto del referéndum viene ejerciendo la CUP sobre el PDeCAT y Junts pel SI, que ha secuestrado en la práctica política la acción del gobierno, parece dar resultados. El silencio político sobre las acciones de este colectivo radical es evidente en el escenario político catalán.
La continuidad de la “turismo borroka” alarma a un sector que en estos momentos esta sosteniendo el tono de la economía española. Apoyándose en evidentes limitaciones del modelo turístico, las acciones violentas amenazan con constituir una verdadera amenaza para el sector.
Domingo Labrador