Los pasos para la creación de una alianza de defensa europea continúan. Esta vez son Francia y Alemania quienes están ejerciendo presión para convencer a sus socios europeos de que tienen que dar pasos para conseguir la “autonomía estratégica” en materia de Defensa que lleva pidiendo la alta representante de la Unión Europea para Política Exterior, Federica Mogherini, desde junio del año pasado con la publicación de la Estrategia Global de la UE .
París y Berlín han enviado un documento a sus otros 25 socios en el que exponen claramente sus intenciones de impulsar el mecanismo de Cooperación Estructurada Permanente (PESCO), como un marco adicional a la OTAN, y establecen las premisas de las que partir para la participación en esta defensa común europea, según un documento al que ha tenido acceso el diario alemán ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’.
Hasta ahora, España e Italia también han formado parte del grupo de cabeza que impulsaba este mecanismo. De hecho, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, mantuvo una reunión el pasado 13 de julio con con sus homólogas francesa, alemana, italiana y alta representante de la UE para política exterior en París. En ese encuentro, las ministras consiguieron “cohesionar las posturas nacionales en torno a la PESCO” para la próxima reunión ministerial de principios de septiembre y el Consejo Europeo de octubre.
2% del PIB y evaluaciones anuales de la EDA
Pero han sido Francia y Alemania quienes han tomado la iniciativa de cara al resto de países tras un encuentro bilateral en el que se fijaron las condiciones básicas que deberían cumplir los países para formar parte del PESCO. Los dos países parten de la reivindicación OTAN de un aumento del presupuesto de Defensa hasta el 2% del PIB y la inversión del 20% de esa cantidad en investigación, desarrollo y compra de armamento.
En el documento enviado por las ministras francesa, Florence Parly, y alemana, Ursula von der Leyen, se establecen una serie de condiciones para poder acceder al mecanismo, que en todo caso es una opción y no una obligación de los países, tal y como se recoge en el Tratado de la Unión Europea -en sus artículos 42.6 y 46 y en el Protocolo 10–.
Otro de los aspectos que pretenden impulsar son los organismos y mecanismos militares que ya posee la UE, como la Agencia Europea de Defensa (EDA, por sus siglas en inglés), cuyas atribuciones serán ampliadas. De hecho, será la encargada de hacer una evaluación anual de estos aspectos de gasto e inversión de los países. Otra de las ambiciones, según el documento difundido por el diario alemán, la “interoperatividad” entre los ejércitos, para dar respuestas unitarias frente a los desafíos es uno de los aspectos fundamentales para crear el PESCO.
En el ámbito práctico, se buscará la creación de capacidades conjuntas para que existan unidades preparadas para participar en misiones en el exterior, más allá de misiones no ejecutivas -como las que se desarrollan en la actualidad, que son de entrenamiento-, y que se acelere la toma de decisiones.
Los dos países más potentes de la UE proponen una “visión a largo plazo” de la defensa europea, en la que las fuerzas armadas de los países puedan desarrollar tareas conjuntas. Sin embargo, París y Berlín dejan claro que esta asociación europea se creará como complemento a la OTAN, que sigue siendo la “piedra angular de la defensa colectiva de sus miembros”.
Siguientes pasos
En el último Consejo Europeo, los 28 -Reino Unido no ha tomado parte de las conversaciones activamente- se comprometieron a darse un plazo de tres meses para acordar una “lista común de criterios y compromisos, así como proyectos concretos sobre capacidades para comenzar con la cooperación estructurada permanente”, según recoge el resumen del Consejo Europeo. Para el Consejo, el lanzamiento de una “PESCO inclusiva y ambiciosa para fortalecer la seguridad y la defensa europea” es una “necesidad”.
El 6 y 7 de septiembre los ministros de Defensa de la UE tendrán una reunión ministerial en Tallín, donde debatirán sobre el asunto aunque no será hasta el Consejo Europeo del mes de octubre cuando se cierren tanto las condiciones de acceso para los países como otros aspectos prácticos del mecanismo.
Será en ese momento cuando los países se posicionen de manera clara respecto a su participación en el mecanismo y el impulso que se le dará desde cada uno de los países.
Impulso de Merkel
El impulso de Angela Merkel a esta iniciativa está ligada a los cambios que se están produciendo en la escena internacional, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y los cambios a nivel europeo, que conllevarán una reconfiguración en el seno europeo con la salida del Reino Unido a la vuelta de la esquina.
Además, a nivel interno, Merkel se enfrenta a unas elecciones federales a finales de septiembre, con lo que la imagen de preponderancia y tirón de la política alemana en la arena europea puede tener un impacto fuerte en los electores. En cualquier caso, el impulso que se ha dado a la Defensa desde Berlín, que no se caracteriza por ser uno de los países que más invierte en este campo, se ha reforzado desde que el año pasado la ministra Von der Leyen anunciara una reforma de las fuerzas armadas, con un incremento de efectivos, recursos y la creación de una potente unidad de ciberdefensa.
Paula Pérez Cava