La situación por la que está pasando Barcelona y, por extensión, el país, ha hecho que sean muchas las voces que empiecen a preguntarse si habría que optar por pasar del nivel de alerta 4, en el que se encuentra en la actualidad España, al numero 5. De momento, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, presidirá este sábado, acompañado por el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, la reunión extraordinaria de la mesa de valoración de la amenaza terrorista, que reúne a los máximos responsables de la lucha antiterrorista en España de la Policía Nacional, de la Guardia Civil, del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), de los Mossos d’Esquadra y de la Ertzaintza.
En esa reunión, o en la que se celebrará también en el Ayuntamiento de Madrid por idéntico motivo, se determinará si es conveniente o no dar ese salto en cuanto al nivel de alarma. Llegados a ese punto pocos quizás sean los que sepan que conllevaría eso y cómo podría llegar a afectar a las vidas de la ciudadanía. Y es que aunque se trate a priori sólo de un Estado de Emergencia superior, son muchas las diferencias que conllevaría.
Con el actual nivel de alerta 4, la ciudadanía ya ha podido comprobar en sus ciudades el aumento de la presencia policial, o el que los cuerpos policiales están mejor armados, ya que pueden portar armas tácticas como escopetas o subfusiles e, incluso, blindajes, y que las patrullas son más numerosas.
De igual forma, con la situación actual también se han reforzado las medidas de seguridad en edificios clave, tales como hospitales, escuelas, estaciones, monumentos o edificios políticos, e incluso, eventualmente, algunas personalidades políticas tienen mayor vigilancia. Además, se han llevado a cabo registros e investigaciones sobre potenciales sospechosos de una manera más intensa.
El Ejército, al poder
Todo eso sería casi pecata minuta si esas reuniones que se celebrarán este sábado en Madrid optaran por pasar al nivel 5, ya que éste, al ser el último, se caracteriza por llevar al extremo todas estas características anteriores e implementar otras nuevas. Hay que tener en cuenta que se trata de un caso realmente extremo que los estados procuran evitar a toda costa, ya que comporta numerosos cambios y con ello, diversas inseguridades, malestares y problemáticas para los ciudadanos.
La principal diferencia con el cambio es que toda la responsabilidad de protección recae sobre el ejército, que puede tomar las competencias que crea necesarias y ejercer su voluntad en los tres poderes: Ejecutivo, judicial y, de ser necesario, también legislativo. El ejército podría, y de hecho así lo haría, establecer la ley marcial si lo creyera oportuno, realizar patrullas armadas por las calles, o incluso requerir la implicación de las otras fuerzas policiales que quedaran sometidas a sus directrices.
Otra de las medidas que podría tomar sería la de implementar toques de queda, a fin de proteger a la población, y hasta aplicar un sistema de racionamiento, escoltas y privaciones de libertad puntuales, siempre con la finalidad de garantizar el orden y la seguridad. También afectaría a las diferentes redes de transporte, ya que el Ejército podría cerrarlas o determinar que las podrían usar solo individuos concretos, o solo bajo previa identificación ciudadana.
En resumen se podría valorar que ese nivel 5 daría libertad absoluta al ejército para llevar a cabo cualquier acción que considere oportuna para garantizar la supervivencia del estado y el máximo bienestar de su ciudadanía. Adicionalmente, se cerrarían o blindarían, con el fin de militarizarse o convertirse en base o eje neurálgico de operaciones militares, edificios importantes como los citados previamente. Y, por supuesto, las principales figuras políticas del país serían escoltadas por el ejército, que procuraría mantenerlas seguras.
El estado de emergencia se acabaría cuando la amenaza fuera suprimida, cuando se determinase que el peligro había desaparecido o, en última instancia, cuando las personalidades responsables o el conjunto de la ciudadanía asumieran que ya no es necesaria.
M. A.