¿Afortunada o desafortunada? Esa es la pregunta que se debe estar haciendo en estos momentos Julia Monaco, una joven australiana de Melbourne que ha vivido in situ nada menos que tres de los últimos atentados con atropellos en las vías públicas que han tenido lugar en Europa.
En esta ocasión se encontraba de vacaciones en Barcelona cuando presuntamente Moussa Oukabir, aún huido, arrolló a la multitud en La Rambla con una furgoneta. La chica se encontraba exactamente, junto a sus amigas, en una tienda de la Plaza de Barcelona. Según ha relatado a Cuatro, en el momento en que se produjo el atentado las puertas se cerraron con llave, «en una fracción de segundo todo cambió y todo el mundo comenzó a correr y a entrar en pánico, corrían por sus vidas, lloraban y gritaban».
Julia, que tiene 26 años de edad, ha precisado que tanto ella como las otras personas que se encontraban en el interior del establecimiento se alejaron de las ventanas y estuvieron en el suelo hasta que la situación se estabilizó.
A ella no le pillaba por sorpresa una situación así ya que no era la primera vez que esbaba en el lugar de un atentado de este tipo. Lo mismo le ocurrió cuando varios terroristas del grupo terrorista Estado Islámico (EI) acuchillaron a varias personas en Londres, y cuando un policía fue apuñalado en París, cerca de la catedral de Notre Dame. En esas dos ciudades europeas también estaba ella en esos fatídicos momentos.
La joven, según publica el Daily Mail, aseguró en aquel entonces que pese a todo no iba a dejar que el terrorismo la impidiera ver el mundo, de ahí que meses después haya viajado a Cataluña, donde este jueves tuvo lugar el atropello masivo en Las Ramblas de Barcelona y otro atentado en Cambrils (Tarragona) ha causado ya la muerte a 14 personas y más de un centenar de heridos.
A pesar de haber sido testigo de tres atentados en el mismo año, Julia Monaco confiesa no estar asustada, «solo tienes que seguir adelante». Pese a su mala suerte con sus viajes, ha asegurado que no dejará de viajar y que no se dejará vencer por el terror. «No tengo ganas de volver a casa. Siento que quiero quedarme aquí y no dejar que ellos, sean quienes sean, ganen», comentaba en declaraciones al medio 3aw.
M. A.