El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha llamado hoy a la sociedad en su conjunto a ser «artesanos de la paz» y a estar unidos con el objetivo común de «la fraternidad, el respeto y el amor solidario» porque «la unión nos hace fuertes y la división nos corroe y nos destruye».
La necesidad de buscar la paz y la concordia ha centrado la homilía que ha pronunciado Omella en la misa celebrada en la Basílica de la Sagrada Familia, que este domingo se ha dedicado a recordar a las víctimas de los atentados terroristas de La Rambla y Cambrils (Tarragona).
Ante una amplia representación de autoridades de las administraciones central, autonómica y local y de miembros de otras confesiones religiosas, como la musulmana, el cardenal ha pedido unidad para poder mirar al futuro con esperanza.
«Este es un hermoso mosaico. Todos unidos con el objetivo común de la paz, el respeto, la fraternidad y el amor solidario. La unión nos hace fuertes. La división nos corroe y nos destruye», ha subrayado ante una basílica llena de ciudadanos y en presencia de los Reyes y con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en primera fila.
El máximo representante de la Iglesia católica en Cataluña ha asegurado que «acudimos a este templo para pedir a Dios que cure a los heridos por los atentados y que conceda a este mundo poder vivir en paz y concordia».
En esta línea, ha subrayado que «la paz es el mejor alimento de nuestras vidas y para ganarlo no debemos escatimar esfuerzos». «Que se nos conceda a todos ser artesanos de la paz», ha pedido.
El cardenal, que ha leído los mensajes que le ha enviado el Papa Francisco para hacer llegar su dolor por los atentados, ha calificado de «pecado gravísimo» atentar «contra la vida de semejantes, gente inocente y niños» y ha pedido a Dios que «cambie nuestros corazones de piedra y nos de un corazón de carne lleno de fraternidad, misericordia y paz».
Antes de Omella, ha tomado la palabra el obispo auxiliar de Barcelona, Sebastià Taltavull, que ha instado también a que todo el dolor vivido en Cataluña esta semana deje paso a «un nuevo estilo de convivencia que respete los derechos humanos y vele por la dignidad, superando toda diferencia y exclusión».
Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, además de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, han esperado a don Felipe y doña Letizia en la escalinata de la puerta del Nacimiento.
Tras el saludo, el Rey, Rajoy y Puigdemont han compartido opiniones a la espera de la llegada del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y del primer ministro del país luso, Antonio Costa.
Los Reyes han presidido esta misa, oficiada en catalán y castellano en recuerdo de las víctimas de los atentados de La Rambla y Cambrils (Tarragona), a la derecha del altar mayor, junto a Rebelo de Sousa.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; la presidenta del Congreso, Ana Pastor; la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena; la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat; el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras; y la alcaldesa de Cambrils, Camí Mendoza, han acudido también a esta 'Misa por la paz y la concordia' en recuerdo de las víctimas.
Entre los asistentes estaba asimismo el expresidente de la Generalitat Artur Mas, así como representantes de los diferentes partidos políticos, de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de los Mossos d'Esquadra, para mostrar su solidaridad con las víctimas.
El coro de Cambra Francesc Valls ha puesto el tono a esta 'Misa por la paz y la convivencia», a la que han asistido cientos de personas, muchos de ellos turistas, que desde primera hora de la mañana han esperado a las puertas de la basílica.
Un gran despliegue policial ha acordonado la zona, donde también se han trasladado equipos sanitarios de emergencia y de la Cruz Roja.
La misa ha finalizado con el canto del Virolai y un cerrado aplauso de los asistentes en homenaje a las víctimas cuando las autoridades ya abandonaban la basílica.
EFE