lunes, noviembre 18, 2024
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Bélgica alertó a los Mossos sobre el imán de Ripoll

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Sigue siendo la pieza clave de la célula yihadista. El líder. El instigador. El centro de todas las miradas. La investigación entorno al imán de Ripoll, que murió el miércoles por la noche en la explosión de la casa de Alcanar, sigue centrando la atención de investigadores y autoridades.

La policía belga comunicó a los Mossos su preocupación y alerta hacia este individuo hace 17 meses, aunque el Govern ha informado esta mañana de que no hubo una comunicación oficial.

Según la consellería de Interior, un mando de los Mossos d'Esquadra recibió una petición de información por correo electrónico sobre el imán de Ripoll (Girona) Abdelbaki es Satty por parte de un policía de Vilvoorde (Bélgica) a quien había conocido en unas jornadas. 

Por otro lado, poco a poco, se van desenmarañando algunas de las incógnitas sobre el ‘modus operandi’, la relación con otras células internacionales y su liderazgo entre los jóvenes de Ripoll, pero continúan abriéndose otras.

Las últimas investigaciones en la casa de Alcanar han sacado a la luz que allí había un cinturón con explosivos reales -los que portaban los terroristas que perpetraron los ataques resultaron ser falsos-, lo que encajaría con la versión que dio el único superviviente de la explosión de Alcanar, que explicó este martes ante el juez de la Audiencia Nacional, Emilio Andreu, que la intención del imán era inmolarse.

Además, se han localizado varios billetes de avión a Bruselas, lo que podría confirmar los vínculos internacionales de la célula, a través del propio imán, aunque se desconoce la fecha de los vuelos. Un libro verde con el nombre de Es Satty, con una nota manuscrita en árabe dirigida a los soldados de Estado Islámico es la prueba definitiva de que el origen de la radicalización de la célula estaba en el imán ya que, por el momento, no se ha encontrado ese tipo de vínculos en los registros de los otros terroristas. La investigación también ha desvelado que el contacto que tenía con los jóvenes terroristas de Ripoll era cuidado, siempre sin que nadie se percatara y sin ningún tipo de relación fuera de esos encuentros. El imán de Ripoll sabía bien cómo abordar a sus radicalizados sin levantar ningún tipo de sospecha.

También sabía bien cómo perpetrar los ataques y tenía todo listo para prepararlo. Entre el material explosivo encontrado en la casa de Alcancar, hay 120 bombonas de butano, 500 litros de acetona y productos como agua oxigenada y bicarbonato, para fabricar material explosivo, así como una gran cantidad de clavos para ser utilizados como metralla.

La idea, según los investigadores, era fabricar triperóxido de triacetona (TATP) que estaban dejando secar, según la declaración de los terroristas ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. El material, conocido como “la madre de Satán” y muy usado por el Daesh, se puede dejar secar durante unas horas para convertirlo en polvo y hacerlo más potente, pero también más inestable. Una vez seco, se debe utilizar dentro de las siguientes semanas, ya que va perdiendo fuerza, según fuentes de la investigación. El TATP se puede fabricar con materiales relativamente accesibles, como ácido sulfúrico, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) y acetona. En Alcanar, dirigidos por el imán, tenían todo lo necesario. Los terroristas habían comprado entre los días 1 y 2 de este mismo mes 500 litros de acetona, que pudo ser el causante de la explosión de Alcanar mientras lo manipulaban.

Radicalización progresiva

El paso por la cárcel de Es Satty por tráfico de drogas, permitió que las autoridades le hicieran un seguimiento de radicalización. Abdelbaki Es Satty fue condenado por sentencia firme en febrero de 2012 por el Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta a cuatro años de prisión por un delito de tráfico de drogas que cometió el 1 de enero de 2010. Durante su estancia en la cárcel de Castellón, donde estuvo hasta el año 2012, las autoridades concluyeron que no estaba radicalizado en ese momento y tampoco apreciaron indicios para continuar con las investigaciones tras su salida en prisión.

Sin embargo, el que después se convertiría en el imán del pueblo de Girona tuvo una orden de expulsión del país, por incumplir la Ley de Extranjería. Pero en 2015, el titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Castellón revocó esa orden de extradición de Es Satty por su «evidente arraigo laboral y esfuerzos para integrarse en España».

Pero su paso por prisión tuvo, sin duda, un impacto en este marroquí. Allí conoció a Rachid Aglif, alias El Conejo, uno de los condenados por los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Además, el nombre de Es Satty ya apareció en una operación policial en 2007, la Operación Chacal, que se inició contra el terrorismo yihadista tras el 11M, precisamente. La documentación de Es Satty apareció entre las pertenencias de Mohamed Mrabet Fhasi, un carnicero de Vilanova i la Geltrú.

La forma en la que Es Satty consiguió escabullirse de las autoridades españolas -lo que incluye a las catalanas, que tienen competencias en terrorismo en la comunidad autónoma- es una de las incógnitas con las que han estado cruzando estos días Mossos, Guardia Civil y Policía Nacional.

Conexión internacional

Su paso por Bélgica, por la localidad Vilvoorde, ha sido otro de los aspectos que más incógnitas ha despertado, especialmente, tras conocerse que el alcalde de la localidad, Hans Bonte, haya asegurado que realizó una petición de los antecedentes de Es Satty y que comunicó sus sospechas a las autoridades españolas. El alcalde ha asegurado que las “autoridades de Barcelona” no le proporcionaron ninguno de ellos. El Ministerio del Interior ha asegurado que ni la Guardia Civil ni la Policía Nacional tuvieron ese requerimiento y se desconoce si fueron los Mossos d’Esquadra quienes respondieron a esa información.

Además, se ha conocido que Es Satty había trabajado en la mezquita de la localidad belga de Vilvoorde a principios del año pasado, pero su actitud despertó recelos en la comunidad musulmana de la zona, que decidió expulsarle. Otro de las incógnitas que suscita este último dato es cómo nadie en la comunidad musulmana de Ripoll hizo averiguaciones sobre la formación y experiencia de este imán. Ahora, la Comisión Islámica Española promete hacer un registro a ese respecto.

Paula Pérez Cava

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