El ministro de Educación, Méndez de Vigo, en una entrevista en Antena 3, ha negado que, en contra de lo que reflejan algunas encuestas, el Gobierno esté actuando con debilidad ante el proceso independentista y, frente a ello, ha insistido en que lo hace con firmeza pero con proporcionalidad.
Ante la jornada de este lunes en Cataluña, ha llamado la atención sobre el hecho de que fuera abucheado el líder del PSC, Miquel Iceta, y se aplaudiese al líder abertzale Arnaldo Otegi porque cree que «eso no es muy normal».
Y aunque lamenta el «ambiente hostil» existente en Cataluña, ha confiado en que no haya violencia en las calles porque sería «enormemente grave».
El portavoz del Gobierno ha asegurado no entender la posición de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, porque «un día dice una cosa y otro día, la otra» y ha confiado en que, al final, esté con la ley y con la seguridad de los funcionarios.
El ministro, que ha vuelto a asegurar que el referéndum no se va a celebrar y que el Gobierno hará cumplir la ley, ha instado al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y al resto de líderes independentistas a que digan la verdad a los catalanes y asuman que la consulta que pretenden es ilegal.
Además, ha pedido a Puigdemont que si lo que quiere es consultar a los catalanes, convoque elecciones autonómicas.
Al plantearle si ante esos comicios el PP estaría dispuesto a acudir en coalición con el PSC y Ciudadanos, se ha limitado a señalar que «habría que verlo» y que lo importante es introducir en la situación actual «dosis de racionalidad».
Respecto a las declaraciones de Puigdemont en las que ayer dijo que aún hay una forma de parar la consulta del 1 de octubre y eso pasa por pactarla, Méndez de Vigo ha reiterado la disposición del Gobierno a dialogar de todo menos de lo que es ilegal.
El ministro se ha referido a la advertencia de la agencia de calificación crediticia Moody's sobre las consecuencias negativas que tendría para la economía española el proceso de independencia, para subrayar el esfuerzo del país por salir de la crisis y lamentar que todo ese trabajo se viniera abajo por las pretensiones del secesionismo.
EFE