A una semana de que se produzca, o no, el referéndum del 1 de octubre, Cataluña es el centro de todos los focos. Si en los últimos días el Gobierno decidió reforzar la zona con nuevos agentes, en la mañana del sábado el fiscal Superior de Cataluña, José María Romero de Tejada ha ordenado que el Ministerio del Interior asuma la coordinación de la policía catalana, un mandato que no ha sentado bien entre los implicados.
Sin embargo, la orden tiene como único objetivo impedir de una forma más segura que se produzca esa cita ilegal con las urnas, suspendida por el Tribunal Constitucional ante el desafía del Govern liderado por Carles Puigdemont. Para el resto de asuntos relacionados con el orden público u otras cuestiones que se aparten de éste ámbito, sí han otorgado total libertad a los cuerpos catalanes.
La coordinación de las fuerzas en los asuntos referentes al separatismo sería llevada a cabo por el Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad. Diego Pérez de los Cobos, director de este organismo, tendría total potestad para “convocar y dirigir cuantas reuniones de planificación y coordinación del mencionado dispositivo sean menester con los responsables autonómicos de Guardia Civil, Policía Nacional y Mossos dÈsquadra”.
La orden del fiscal también dicta que “deberán celebrarse las reuniones de coordinación que resulten oportunas”, siempre con la asistencia de “los responsables en cada provincia” de los diferentes cuerpos de seguridad. El encargado de asumir personalmente la dirección sería Romero de Tejada.
Pese a que las directrices no les atañen en todos los ámbitos, los Mossos se mostraron en principio contrarios a esta orden. Así lo manifestó minutos después Forn, en palabras que había mencionado el líder, Josep Lluís Trapero, que habría respondido a Interior en una declaración institucional “la voluntad del Cuerpo de no aceptar la coordinación del representante del Estado español” con el resto de fuerzas catalanas.
Trapero, en clara rebeldía, informó a la Fiscalía de que la respuesta oficial llegaría a través de un informe de los servicios jurídicos del Govern. Esta ha llegado bien entrada la tarde, y en ella se matizan las palabras que Forn había puesto en su boca. El líder de los Mossos ha cambiado el «no aceptamos» por el no «compartimos». Una muestra de que acatará las órdenes del Gobierno muy a su pesar.
Estas directrices no han sentado nada bien a Anna Gabriel que ha tildado de «fascista» a De Los Cobos y a Mariano Rajoy de «iluso». La Portavoz de la CUP en el Parlament ha enloquecido y ha dicho que «los mossos estarán al lado de la gente, de la democracia y del referéndum”. En un acto de rebeldía ha llamado todos los independentistas a movilizarse en una huelga general que plantea llevar a cabo el próximo día 3 de diciembre.
Alberto Puente