El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha insistido hoy en pedir una mediación para resolver la crisis en Cataluña sin renunciar a sus objetivos y ha criticado el mensaje del Rey, al que ha dicho: «Así no. Con su decisión de ayer usted decepcionó a mucha gente en Cataluña que lo aprecia».
El Rey aseguró ayer que desde hace tiempo «determinadas autoridades» de Cataluña han venido incumpliendo la Constitución y el Estatuto y tachó su comportamiento de «deslealtad inadmisible» y «conducta irresponsable».
En una declaración institucional desde el salón Mare de Déu de Montserrat del Palau de la Generalitat, Puigdemont ha reprochado al Rey que se dirigiera «a una parte de la población» e ignorara «deliberadamente a los millones de catalanes que no pensamos como ellos» y a los catalanes que «han sido víctimas de una violencia policial que ha helado el corazón a medio mundo» el pasado 1-O.
Según Puigdemont, el Rey «perdió ayer una oportunidad de dirigirse a todos los ciudadanos a quien debe la Corona y a los cuales debe el respeto porque así se lo encomienda la Constitución», que le «otorga un papel moderador que en ningún caso ha tenido» y que ayer «declinó con dureza».
Puigdemont ha lamentado que Felipe VI «no haya tenido interés en conocer la opinión y la visión del gobierno de la Generalitat en ningún momento de esta crisis» y ha aceptado asumir «un rol inadecuado que sólo busca allanar las decisiones que el Gobierno español hace tiempo que estudia» a fin de «liquidar las aspiraciones de soberanía del pueblo catalán».
«Unas aspiraciones que no duda en tratar como criminales e ilegítimas y contra las cuales usa recursos sin límite», ha añadido.
Dirigiéndose directamente al Rey, ha subrayado: «Así no. Con su decisión de ayer, usted decepcionó a mucha gente en Cataluña que lo aprecia y que lo ha ayudado en momentos difíciles de la institución. Gente que esperaba de usted otro tono y una apelación al diálogo y a la concordia».
Puigdemont ha garantizado que su Govern «no se desviará ni un milímetro del compromiso de paz y serenidad, pero a la vez de firmeza», y ha reiterado su disposición a «emprender un proceso de mediación» para abordar el conflicto catalán, si bien ha dado por hecho que «en los próximos días» las instituciones catalanas tendrán que «aplicar el resultado del referéndum» del 1 de octubre, suspendido por el Tribunal Constitucional.
Ha considerado una «grave irresponsabilidad» que el Gobierno de Mariano Rajoy rechace las «diversas propuestas» de mediación que han llegado en las últimas horas.
Como ya planteó el pasado lunes, un día después de la jornada del 1-O, Puigdemont ha subrayado que «este momento pide mediación» y ha destacado que los ofrecimientos que están llegando «conocen de primera mano» su «disposición» a dialogar para que «este conflicto se encarrile desde la política y no desde la policía».
«Seguimos un camino democráticamente marcado por la voluntad de los ciudadanos, y esto en lugar de ser combatido debería comenzar a ser comprendido y a ser respetado», ha señalado.
Puigdemont ha hecho un llamamiento a los catalanes a aislarse de «toda provocación» y «toda intención de violencia». «Hagámonos fuertes en la dignidad y seremos un pueblo capaz de hacer posible el sueño que se proponga», ha agregado.
Según Puigdemont, con las movilizaciones de ayer para protestar por las cargas policiales del 1-O, el pueblo de Cataluña demostró que «está unido, que es un solo pueblo», unido en la «defensa de los valores de la democracia», con «civismo y paz», y ha destacado las imágenes «simbólicas» de manifestantes «con banderas de España y banderas esteladas compartiendo hermanadamente la misma causa».
«Por más violencia que quieran poner algunos, hecho que no es aceptable en ninguna parte y que ha sido rebatido por mucha gente y recibido con mucha preocupación en Europa, nosotros nos hemos de mantener como un solo pueblo», ha dicho Puigdemont, que ha asegurado que el pueblo catalán está recogiendo la «admiración» del mundo por su actitud «tan cívica y tan comprometida»
Redacción