«¿Por qué no lo dijisteis antes?» Fue la dramática pregunta de Borrell a las empresas ¿De dónde han salido? Fue la pregunta de muchos y muchas catalanes al comprobar la gente del área metropolitana, antaño gobernada por la izquierda que concurría con banderas españolas, senyeras y esteladas europeas a una manifestación por la unidad de España.
Puigdemont no responde a las preguntas. Derrotado por las empresas y atrapado por los radicales, carece de fuerza para aplazar la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), y se apunta al conflicto: “Nosotros haremos lo que hemos venido a hacer”.
La DUI se prepara en un contexto insoportable para la mayoría de los catalanes, incluidos muchos independentistas. Rajoy se lo recordaba este fin de semana: “Necesitamos al catalanismo moderado”. Los cargos públicos del PDeCAT, Junqueras que quiere ser President, Colau con su partido dividido, buscan comprar tiempo como sea. La ANC y la CUP –soldados callejeros de Puigdemont– no da tregua.
ANC y CUP desean una situación de conflicto permanente. La ANC ha preparado para mañana un secuestro del Parlament para presionar a Puigdemont. Los “cupaires” han preparado, incluso, alguna “ocupación” de infraestructuras críticas del Estado (puerto, aeropuerto o tribunales…) y preparan, de acuerdo con sindicatos nacionalistas sin representatividad, una huelga general.
Una crisis constitucional
Casi todas las fuerzas políticas en presencia, con la excepción de Ciudadanos y PP, dan por hecha una crisis constitucional. Se parará el golpe, pero todo apunta a que el llamado régimen del 78 quedará tocado. Esta es la lógica que defienden Podemos y Colau – que tratan de aprovechar la crisis para instrumentar un final constitucional- y a la que apunta, parcialmente, la propuesta federalista del PSOE.
El PP no niega una reflexión de este tipo pero no esta dispuesto a efectuarla con el “chantaje” de una secesión encima de la mesa.
La firmeza “gallega” de Estado
El Estado mantiene su firmeza, aunque espera movimientos. Incluso los “halcones” se alzan con el 'Trending Topic' amenazando a Puigdemont con la prisión que sufriera Companys en el 34.
Cuando el independentismo haga una reflexión de sus errores, descubrirá los efectos letales de la convocatoria parlamentaria del referéndum ilegal. Una unanimidad, no muy visible hasta entonces, en el Constitucional; una unanimidad judicial ante las traiciones de Trapero y una agresividad social sin precedentes han sostenido la acción de Estado ante el desafío soberanista.
Jueces, fiscales y una acción de Montoro han permitido al Estado mantener un firme perfil. Sobre este tejido, al que se unirá una mayoría política si se declara la DUI, el Gobierno prepara medidas extraordinarias (155 y código penal). El 155 debe ser gestionado desde una mayoría y requiere un gobierno catalán.
Rajoy sondeó el fin de semana un gobierno de concentración en Cataluña, inmediatamente rechazado por Ciudadanos y PSC que desearían que el Gobierno hiciera todo el gasto y convocara elecciones.
Ni mediaciones ni dialogo hasta que la declaración de independencia esté fuera del debate. Es la posición de Rajoy. No obstante, en el PP se han dividido las opiniones que difieren en el grado de dureza. El mensaje del rey fue interpretado como un mensaje al PSOE y a estos sectores, que hoy han hecho unanimidad ante la persistencia independentista, y han dejado en mala posición a las actitudes más negociadoras.
Iceta, Sánchez y el PSOE
“Menos mal que Borrell marcó el paso”, decían los críticos socialistas esta mañana. En rueda de prensa celebrada en Barcelona, tanto Iceta como Sánchez anunciaban el apoyo al Estado si se producía la DUI. Sin embargo, ambos se han negado a pronunciarse sobre la aplicación del 155. «Cada cosa a su tiempo” ha declarado Sánchez, bajo el lema de “Parlem” una campaña de origen poco conocido pero que apunta a sectores de Podemos como agentes de la movilización.
Sánchez siempre ha reconocido su compromiso de Estado. No obstante, decisiones como la reprobación de la vicepresidenta, la ausencia de una foto de las formaciones constitucionalistas, o el desarrollo de los acontecimientos, con el contundente mensaje del Rey como base, ha vuelto a traer a primer plano la falta de liderazgo en el partido. Muchos han leído la influencia del PSC en las reacciones de Ferraz de la pasada semana y en muchos sectores comienza a crecer “la sensación de que manda Iceta”. Como publicaba ayer Estrella Digital.
Ciudadanos y Populares
Las dos caras más firmes del constitucionalismo español, con el activismo de Sociedad Civil Catalana (SCC), organizadora de la manifestación por la unidad de España del Domingo, han sido Ciudadanos y el PP de Cataluña.
Mientras los últimos han mantenido un perfil nítido pero no protagonista, amparándose en el Estado, la formación de Rivera y Arrimadas es consciente de la oportunidad que se le presenta, en términos políticos. Fuentes de izquierda señalaban el día de la huelga general política catalana el peso que adquiría Ciudadanos en la zona metropolitana tradicionalmente de izquierdas. Encuestas publicadas hoy anunciaban cierta capitalización electoral por parte de Ciudadanos.
Colau y los federalistas
“La mitad somos federalistas; vamos a dar la batalla en ICV y en «Cataluña en Comú”, declaraba a ESTRELLA DIGITAL un militante de ambas formaciones, expresando su descontento sobre la situación en la formación política que lidera Colau.
No se trata solo de las votaciones en las bases que indicaron la fractura de la formación, sino de los propios resultados del referéndum ilegal los que hacen reflexionar a los “comunes”. El partido de Colau, tras reiterar el mantra que repite desde el 1-O sobre la represión policial y la apertura de espacio de diálogo, rechaza la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) por falta de legitimidad democrática sin precisar, para enfado de los federalistas, la perspectiva política que se defiende.
Colau, en una declaración institucional ha pedido, también, al Gobierno la no aplicación del artículo 155 y la retirada de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
Domingo Labrador