El Gobierno se encuentra reunido para estudiar la aplicación de las medidas que sean necesarias para afrontar la crisis catalana.
Así lo anunció anoche, en una comparecencia en el Palacio de la Moncloa, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, tras el discurso del presidente catalán, Carles Puigdemont, ante el pleno del Parlament.
«El discurso de una persona que no sabe dónde está, a dónde va ni con quién quiere ir», ha dicho la vicepresidenta, después de que Puigdemont haya dicho esta tarde que asume el «mandato del pueblo» para que «Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de república», pero acto seguido ha propuesto «suspender los efectos de la declaración de independencia» para abrir la puerta al diálogo.
Negociación con Rivera y Sánchez
El Consejo de Ministros recibirá una propuesta de su presidente que, ayer, negoció con Rivera. Ambos han trasladado el compromiso con el Gobierno de España que ya habían escenificado en el Congreso.
A última hora de la noche, mientras Ávalos, Secretario de Organización del PSOE, hacía una declaración pública. Sánchez acordaba el alcance de las medidas a adoptar con Rajoy.
Duro con Puigdemont
El Gobierno considera que es inadmisible «hacer una declaración implícita de independencia para luego dejarla en suspenso de manera explícita», en alusión al discurso de esta tarde del presidente catalán, Carles Puigdemont, en el Parlament.
Fuentes del Gobierno han asegurado que no se puede aceptar dar validez a la ley del referéndum, que está suspendida por el Tribunal Constitucional, y tampoco se puede dar como válido el supuesto recuento de un referéndum «fraudulento e ilegal».
«Ni mucho menos» dar por sentado que los catalanes han dicho que quieren independencia, han agregado las fuentes, que han insistido en que no es admisible «hacer una declaración implícita de independencia para luego dejarla en suspenso de manera explícita».
En su comparecencia ante el pleno del Parlament, en un discurso de cerca de media hora, Puigdemont ha evitado optar por la vía más directa a la independencia, en un intento de «desescalar la tensión» con el Estado, un «gesto de generosidad y responsabilidad» -ha dicho- con el que espera «abrir un tiempo de diálogo con el Estado español».
«El Gobierno no va a ceder a ningún chantaje, no lo va a permitir», han señalado las mismas fuentes, que han subrayado que la declaración de esta tarde «tendrá consecuencias» legales sobre Puigdemont. El Gobierno cree que Puigdemont ha hecho una declaración implícita de independencia.
Según fuentes del Ejecutivo, el Gobierno considera que no se puede aceptar dar validez a la ley del Referéndum, suspendida por el Tribunal Constitucional., y no se puede dar como válido el supuesto recuento de un referéndum fraudulento e ilegal.