El atún rojo es un bien tan escaso en el mar como valorado en gastronomía. Seguramente esta sea la razón por la que está desde hace más de dos años en el punto de mira de las autoridades sanitarias. La pesca del atún rojo en el Mediterráneo se obtiene sobre todo de ejemplares que llegan cada año en su migración genética a este mar, atravesando el Estrecho de Gibraltar. Se trata de una especie pelágica, es decir, que pasa su vida viajando por los océanos, sin descanso. Se pesca con redes de cerco en distintos lugares para luego trasladarlos a las costas para su engorde y engrase en «granjas» o viveros. La mayor parte de la extracción de atún se hace ya en estas condiciones, lejos de las almadravas, que siguen en funcionamiento en diferentes puntos de la costa española.
Las granjas de atunes consisten en instalaciones con jaulas flotantes, ancladas a pocas millas de la costa, en profundidades de 35 a 50 metros. En ellas se facilita al atún una alimentación natural basada en pescado fresco, fundamentalmente alacha y sardina, para su engorde hasta que adquiere la madurez, así como la calidad de grasa y color adecuados.
La Comisión Europea informó ya hace un año del posible engaño a las autoridades españolas. Esto se debe a que se están comercializando otros tipos de peces con la apariencia del atún rojo. Al parecer, tiñen la carne con zumo de vegetales (remolacha por ejemplo) y venden partidas destinadas a la conserva como si fueran frescas, inyectándoles aditivos vegetales prohibidos que avivan los colores. Por lo que el ejecutivo quiere evaluar la eficacia de los controles y las medidas que se han llevado a cabo teniendo una auditoria con España este mes de octubre.
Este fraude está provocando intoxicaciones leves tanto en nuestro país como en Alemania, Portugal, Francia e Italia.
La portavoz de Salud y Seguridad Alimentaria en la Comisión Europea Anca Paduraru, declaró tener conocimientos sobre esta práctica fraudulenta que engaña al consumidor y puede llevar a una intoxicación alimentaria grave.
Además, este ultimátum de la CE ha llegado al mismo tiempo que el aviso de que la Guardia Civil ha denunciado a siete personas relacionadas con una empresa de Almería dedicada a la compra de atún para enlatar y manipular y venderlo como fresco.
El Instituto Armado les imputa un delito contra la salud pública con productos alimenticios, otro de falsedad documental y, por último, un delito relativo a los consumidores, ya que la intoxicación ha viajado por toda España; Andalucía, Aragón, Comunidad Valenciana, Cataluña, Murcia, Castilla y León, Madrid y País Vasco.
Marina Mellinas