Según los últimos datos registrados, en nuestro país hay cerca de 920.000 mujeres emprendedoras, lo que representa una tasa que se sitúa muy por debajo de la media europea, es decir un 4,5%, frente al 11% global. El problema es que, aunque cada vez hay más emprendedores en nuestro país, la cifra de mujeres que deciden iniciar la actividad de un negocio propio, prácticamente no ha variado en los últimos años.
“Montar un negocio es un paso que impresiona y, además de estar muy preparado mentalmente para ello, es necesario contar con información, asesoramiento legal, y sobre todo con la posibilidad de realizar una inversión importante. Yo empecé con mucha ilusión, pero los problemas administrativos estuvieron a punto de quitarme la idea”, explica Lola Villalaín, una emprendedora madrileña de 57 años.
Tal y como explica Lola, propietaria de la zapatería infantil, Goguigo, los obstáculos para emprender en España son demasiados. La lentitud de la burocracia y la cantidad de requisitos necesarios, incluidos los económicos, para iniciar casi cualquier actividad empresarial, dificultan que la cifra de emprendedores españoles suba, y especialmente en el caso de las mujeres, pues en nuestro país la tradición empresarial siempre ha estado más ligada a los hombres.
«Algunos de los trámites que he tenido que realizar no han llevado mucho más tiempo o complicaciones de lo esperado. Sin embargo, otros asuntos, especialmente los que tenía que tratar con las oficinas del SEPE, han supuesto un verdadero quebradero de cabeza. Los responsables parecían no conocer la información necesaria para indicarme los pasos a seguir, y en algunas ocasiones parecía que me tomaban el pelo al hacerme ir una y otra vez a las oficinas con distintos papeles, para no solucionar nada», lamenta Lola, que opina, que si no fuera tan complicado abrir un negocio «muchas más personas se lanzarían a ello».
Por otro lado, el porcentaje de mujeres emprendedoras puede variar sustancialmente, dependiendo de la comunidad autónoma a tener cuenta, debido principalmente a las ayudas y subvenciones que ofrecen los gobiernos autonómicos para la creación de nuevas empresas. La Comunidades con mayor proporción de mujeres emprendedoras son Asturias y Galicia, con un 39%, seguida de Comunidad Valenciana -37%-. En el extremo contrario Melilla, -27%-, Canarias, – 31%-, y Madrid, con el 32% de autónomas, según un estudio de Informa D&B.
“La verdad es que es un proceso muy lento. Solicitar las ayudas es algo complicado por la cantidad de papeleo que implica. Yo solicité la ayuda en junio, cuando abrí mi negocio, pero todavía no la he recibido. Es un desastre”
A pesar de las subvenciones y demás ayudas estatales, como el Pago Único por Desempleo, incentivos para jóvenes o microcréditos otorgados por el Ministerio de Igualdad, lo cierto es que la realidad refleja que todo ello no es suficiente para motivar la creación empresaria por parte de las españolas, pues quizá lo más difícil sea acceder a una buena conciliación familiar y lograr un cambio de mentalidad.
“Emprender tiene sus puntos positivos y negativos. Nosotras encontramos muchísimas complicaciones… La conciliación familiar no fue una de ellas gracias al apoyo de nuestras familias, y el obstáculo económico que suponía contar con un local, lo superamos al poder trabajar desde casa”, explica Sandra Gross, una de las socias de la firma de complementos de moda, Asis&Gross.
Otro de los aspectos a tener en cuenta a la hora de decidirse por trabajar para uno mismo: ilusión, apoyo familiar, capacidad económica, asesoramiento…es encontrar el sector adecuado para emprender. Al parecer, las españolas tienen una clara preferencia a la hora de emprender, pues el porcentaje más alto de autónomas en España se concentra en la sanidad, donde están ocupadas el 71% de las mujeres que trabajan por cuenta propia. Por otro lado, la Industria Textil, es la elección del 58% de las empresarias, mientras que a la hostelería, se dedican el 52% de ellas.
Por último según Pilar Roch, directora de ideas4all Innovation, tras tomar la decisión de emprender y recibir o no las subvenciones, los “pilares básicos” que facilitan el funcionamiento de un nuevo negocio son: “la pasión, misión, la profesión y la vocación”. «El truco es llegar a encontrar el equilibrio», afirmó Roch en el debate “Emprendedora de ti misma: cómo labrar tu futuro”, celebrado el pasado 26 de septiembre en el Centro Financiero Génova.
Marta de la Fuente