La creación de las ocho brigadas orgánicas polivalentes (BOP) capaces de “dar respuesta a las exigencias operativas en todo el espectro del conflicto” no está saliendo según lo previsto. La adaptación de unidades que tradicionalmente habían tenido unas capacidades a otras nuevas ha sufrido una serie de problemas que han hecho que el Ejército de Tierra dé marcha atrás en sus intenciones iniciales. Es el caso de las unidades que inicialmente iban a asumir la especialidad de Montaña, una fórmula para que cada una de las brigadas contaran con al menos una pequeña unidad con estos especialistas militares -lo que justificaría la desaparición de la Jefatura de Tropas de Montaña que les agrupaba antes de la nueva organización-.
“El proceso de transformación del Ejército de Tierra es un proceso continuo que se adapta en función de las necesidades y de las disponibilidades”, indican desde el Ejército de Tierra para el explicar los cambios de planes que, en muchos casos, se habían puesto en marcha hace apenas unos meses, a comienzos de este mismo año. Finalmente, serán dos las unidades que asuman la capacidad de combate en Montaña: el Regimiento “Galicia” 64, ubicado en Jaca, y el “América” 66, en Pamplona, ambos pertenecientes a la extinta Jefatura de Tropas de Montaña. De este modo, sólo la Brigada “Guadarrama” XII y la “Aragón” I contarán con esta capacidad, aunque estaba previsto que estuviera presente también en la Brigada «Guzmán el Bueno» X y la «Extremadura» XI.
Cuatro unidades de Montaña previstas
En un principio, la nueva organización del Ejército tenía previsto mantener las capacidades de Montaña en cuatro unidades: en el regimiento de Cazadores de Montaña “Galicia” 64, ubicado en Jaca, y otras tres compañías “con una capacidad adicional de esa especialidad” pertenecientes a los regimientos “Tercio Viejo de Sicilia” 67 (San Sebastián), “Garellano” 45 (Bilbao) y “Arapiles” 62 (Barcelona).
Solo las dos primeras unidades -el regimiento “Galicia” y el “Arapiles”- pertenecían a la antigua Jefatura de Montaña, lo que ha supuesto la adaptación (o los primeros pasos para ello) de las otras dos compañías -hasta ahora de Infantería Ligera y que pertenecían a la también desaparecida Brigada “San Marcial”- a las exigencia de la especialidad de Montaña.
Pero el Ejército ha frenado esos planes en seco. “Con la finalidad de ahorrar costes y, sobre todo ganar en cohesión y operatividad, se ha decidido aprovechar las capacidades remanentes del “América” 66 y unificar en esa unidad la capacidad de Cazadores de Montaña de las tres compañías mencionadas”, ha indicado una fuente del Ejército de Tierra a Estrella Digital.
Cambios en menos de un año
Sin embargo, el Regimiento “América 66” ha sufrido el proceso de adaptación inverso: de ser una de las unidades de Cazadores de Montaña cambió su denominación y funciones a Regimiento de Infantería ‘América’ 66 el 1 de enero de 2017, con lo que su Batallón “Montejurra” I/66 pasó a ser de Infantería Motorizado BIMT también en esa fecha.
Con la marcha atrás del Estado Mayor del Ejército, esta modificación se revertirá el próximo 1 de enero, con lo que, al menos en las capacidades, los militares de este regimiento volverán a tener la Montaña como su capacidad principal.
En el caso del Regimiento “Arapiles”, otro de los pertenecientes a la antigua Jefatura, el cambio no será reversible, al menos de momento. “El regimiento ha iniciado un proceso de transición para transformar sus antiguos batallones de cazadores en un batallón de infantería mecanizado y otro batallón de infantería motorizado de apoyo a montaña”, explican en su página web.
De hecho, la adaptación incluye en este caso, la incorporación de vehículos de combate de Infantería Pizarro, TOAs -que comenzaron a llegar a Barcelona en marco- y vehículos tácticos de alta movilidad (VAMTAC).
La creación de las Brigadas Polivalentes al Ejército de Tierra prometía una verdadera revolución doctrinal. Sin embargo, la reducción de presupuestos y los problemas de desplazamiento de cuarteles y tropas han frenado algo el entusiasmo inicial de los mandos del Ejército. Detrás queda, además, la sombra de la pérdida de capacidades y características únicas que conexionaban a las unidades, paracaidistas, carristas o tropas de montaña, que es el primera caso de esta rectificación de planes.
Paula Pérez Cava