En Europa, aproximadamente 150.000 mil bebés son concebidos anualmente, a través diferentes tratamientos de fertilidad o reproducción asistida, según la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, y España es uno de los países a la cabeza en número de tratamientos y en centros autorizados para ello, más de 280.
Casi 37.000 niños nacieron gracias a las técnicas de fertilidad en nuestro país en el año 2015, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).
Las razones para que una de cada diez parejas españolas recurran a procesos de reproducción asistida están relacionados con la calidad de vida actual y, especialmente, con “la decisión de tener hijos más tarde”, tal y como explica el Dr. Ballesteros, Presidente de la SEF. De hecho, las españolas, después de las italianas, son las que más esperan para ser madres. La media tiene hijos a los 30,5 años.
“Se está aplazando la maternidad y la consecuencia es una infertilidad que va en aumento. A partir de los 35 años la fertilidad disminuye drásticamente en el caso femenino, por lo que es importante concienciar sobre la necesidad de, o bien reproducirse antes, o bien preservar la fertilidad para ser madre en el futuro sin dificultad”. Apunta Ballesteros.
Una vez diagnosticada la necesidad de recurrir a tratamientos de fertilidad, lo importante es saber elegir bien el tratamiento adecuado, pues a veces basta con el más sencillo y en ocasiones, puede ser recomendable recurrir a los que tengan mayor tasa de éxito antes de pasar varias veces por los más simples.
“Lo ideal es personalizar el tratamiento. Cada caso debe de ser único así que no nos vale un patrón. Lo ideal es intentar resolver el problema de la forma más simple y eficiente posible”, explica Ballesteros, quien considera que, “por norma general, los profesionales en nuestro país son muy serios y rigurosos en su profesión”, por lo que no es común la ‘mala praxis’.
Cantidades difíciles de asumir
Estos tratamientos de reproducción asistida se pueden solicitar, tanto en centros privados, como en la Seguridad Social, aunque las listas de espera para estos últimos, que en ocasiones superan periodos de más de dos años, hacen que la gran mayoría de parejas que requieren dichos servicios acudan a los centros privados.
Los precios de estos procesos pueden variar considerablemente en función de la técnica empleada y la clínica elegida. Desde los 550 euros por una inseminación artificial conyugal hasta los casi 7.000 euros por un tratamiento de ovodonación.
En España, la técnica más solicitada es la inseminación artificial, que consiste en depositar una muestra de semen, de la pareja o de un donante, en el interior del útero de la mujer. Su tasa de éxito, se sitúa cerca del 25%. Está indicada en los casos en los que hay baja cantidad o movilidad de los espermatozoides y su precio suele oscilar entre los 550 y los 1.000 euros, dependiendo de la clínica escogida.
La fecundación in vitro, es otra de las prácticas más comunes, y consiste en la extracción de óvulos a la paciente para ponerlos en contacto con los espermatozoides en el laboratorio. La fecundación se produce de manera natural en el laboratorio y los embriones se transfieren al útero materno. Su eficacia varía dependiendo la edad de la mujer, 40%-25% Su coste aproximado puede ir desde los 2.000 euros hasta los más de 4.000 euros.
Un negocio que mueve al año más de 330 millones de euros
Líderazgo empañado
La encomiable labor que llevan a cabo las clínicas de fertilidad en nuestro país desde hace años, en algunos casos, se ve empañada por la ‘mala praxis’ de centros que buscan a toda costa la máxima rentabilidad de sus negocios y en las que el marketing se posiciona como un aspecto fundamental.
La ilusión y la esperanza con la que acuden las parejas a dichos centros son, en ocasiones, aprovechadas para lograr una prosperidad económica, que resta importancia a la seguridad o al acompañamiento psicológico necesario en estos procesos.
Tal y como denuncian en redes sociales y blogs muchas pacientes de estas clínicas, tienen la sensación de ‘sentirse como cheques en blanco’, algo que según el presidente de SEF, no es preocupante, pues no han recibido quejas ni denuncias de manera oficial sobre este tipo de casos.
Turismo fertilidad
Por otro lado, la calidad del trabajo de la mayoría de clínicas de reproducción, la accesibilidad de los precios ofrecidos y la posibilidad de acceder a un servicio que en muchos países no existe, ha conseguido que España sea un país también líder en la recepción de extranjeros que buscan tratamientos de fertilidad.
“La calidad de nuestra medicina reproductiva y nuestra ley que permite la mayoría de los tratamientos con una regulación exhaustiva de cada uno de ellos. De hecho es la única área de la medicina que tiene una ley específica”
Son las restricciones legales existentes en países como Gran Bretaña, Francia o Bélgica, las que más animan a los extranjeros a probar técnicas de reproducción asistida en nuestro país, En Alemania, por ejemplo, la donación de óvulos está prohibida.
En 2015, según datos de la SEF, se realizaron un total de 12.070 ciclos de Fecundidad In Vitro a pacientes residentes en otros países
Por último, cabe destacar que el hecho de que en los últimos años se haya registrado un aumento de casos de infertilidad en España, sumado a la demanda de servicios de reproducción asistida por parte de parejas extranjeras, también ha supuesto una subida del 15% el número de mujeres que se presentan como candidatas a donar sus óvulos.
Las donantes, tanto si se han decidido por ayudar a las mujeres que desean ser madres, como si lo hacen por recibir la compensación económica, reciben una cantidad que suele variar entre los 600 y los 1.000 euros. En el caso del semen esta cantidad oscila entre los 30 y los 50 euros.
Marta de la Fuente