El momento de mayor tensión se ha producido cuando más de un centenar de personas han intentado acceder al perímetro vallado alrededor del Museo de Lleida, lo que ha sido impedido por una barrera formada por decenas de Mossos.
Hacia las 9 de la mañana han llegado otras 5 furgonetas de los antidisturbios de los Mossos, que se han unido a la decena de vehículos policiales y decenas de agentes que ya se encontraban en la zona desde esta madrugada.
El equipo, un perito y personal de la empresa contratada para el transporte de los bienes, es el encargado del embalaje de las 44 piezas, algunas de considerable tamaño, como tres cajas sepulcrales, que deben partir con destino a Aragón.
El director general de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, Nacho Escuín, en declaraciones facilitadas por el Gobierno autonómico, ha destacado que el mandato judicial que exigía el retorno de esta muestra patrimonial, se está llevando a cabo sin incidencias ni variaciones.
Una decena de furgones de los Mossos d'Esquadra se encuentra en el recinto del Museo de Lleida, protegido por un gran dispositivo policial de Mossos y agentes de la Guardia Civil, para retirar las obras de arte de Sijena que reclama el Gobierno de Aragón.
Un helicóptero de los mossos sobrevuela desde las ocho de esta mañana el museo, donde se han concentrado unas doscientas personas, bajo la lluvia, que corean gritos contra el traslado de las obras, contra el alcalde de Lleida, Ángel Ros, que se ha desplazado a la pinacoteca, y contra el artículo 155.
«España nos roba», «Angel Ros dimisión», han gritado al alcalde desde la distancia establecida por las vallas de seguridad en el recinto, donde también han acudido el diputado de ERC Joan Tardà y Josep Borrell, delegado de Cultura de la Generalitat en Lleida.
Tardà ha señalado a los periodistas que lo que está ocurriendo hoy es una demostración «de lo que puede pasar si las fuerzas que apoyan el 155 ganan las elecciones. Es una verdadera vergüenza que sean capaces de actuar aprovechando que tenemos un gobierno en la prisión y en el exilio».
«Espero -ha dicho- que este intento de humillarnos sirva de lección de lo que puede llegar a pasar si esta gente nos gobierna. Nuestro país se gobierna desde Cataluña, no podemos permitir que nos gobiernen desde Madrid en pleno siglo XXI».
Borrell, ha declarado que el traslado de las obras se ha precipitado por la situación política y que «es un error fatal».
«A los de Aragón -ha advertido- el traslado les puede pasar factura. Hay servicios que presta Cataluña de forma generosa, como el servicio sanitario, pero después de esto podemos decir: pues mira, nos lo repensamos».
«Es entrar en una dinámica que no favorece a nadie», ha concluido.