La Unión Europea está dando los pasos para poner en marcha cuanto antes la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO, por sus siglas en inglés). El Consejo ha adoptado una decisión por la que se establece la llamada ‘Europa de la Defensa’, después de que el pasado 13 de noviembre 23 países, entre ellos España, mostraran formalmente su intención de participar. En la propia norma europea, se destaca el papel de España, Alemania, Francia e Italia como países impulsores de esta medida.
En total, serán 25 los países europeos que formarán parte de la PESCO, tras la notificación de Irlanda y Portugal de sumarse, según cita el Consejo en el texto de la decisión. Solo se quedarían fuera de esta iniciativa Dinamarca, Malta y, por supuesto, Reino Unido, que negocia su salida de la UE. El Consejo ha fijado también la fecha de arranque del mecanismo: 2018. Será entonces cuando empiece la primera “fase inicial”, que durará hasta 2020. La segunda está establecida de 2021 a 2025.
El Consejo dirigirá el PESCO -asesorado por el Comité Militar de la UE (EUMC)-, establecerá los objetivos más concretos y supervisará su cumplimiento al comienzo de cada fase pero abre una importante ventana para los países, que serán quienes dirijan y organicen los proyectos en los que voluntariamente hayan decidido participar. Es decir, a nivel de “gobernanza” el Consejo supervisará el funcionamiento del mecanismo y apruebe finalmente las acciones que se llevarán a cabo pero son los países quienes proponen los proyectos y deciden si participan y cómo participan (además de pagarlos).
También la Alta Representante de Asuntos Exteriores, en este caso Federica Mogherini, tendrá mucho que decir: elaborará un informe anual en el que recoja toda la información sobre la implementación del PESCO, participación de países, etc. El EUMC y la Agencia Europea de Defensa (EDA) participarán también de este mecanismo mediante la evaluación técnica de los progresos.
Con esta decisión, el Consejo establece las premisas básicas que pondrán en marcha este mecanismo, en el que se trabajará por proyectos a los que los distintos países que se han adherido -siempre de forma voluntaria, insiste el Consejo en la decisión aprobada- pueden sumarse o no. Los países tendrán que preparar cada año un Plan Nacional de Implementación, en el que establecerán los compromisos vinculantes a los que se han adherido y cómo los llevarán a cabo, especificando objetivo por objetivo.
¿A qué se comprometen los países?
Para empezar, los países se comprometen a pagar de sus propios presupuestos los proyectos que se lleven a cabo bajo el paraguas del PESCO, de cuya estructura administrativa y los asuntos referentes al Consejo o a la Alta Representante sí se harán cargo los presupuestos de la Unión. Es decir, la UE no pagará por los proyectos concretos -que serán impulsados por los países y en los que son los países los que deciden participar-.
Además de esta norma básica, los 25 países se obligan a una “lista de ambiciosos y más vinculantes compromisos”, 20 en total, entre los que destaca el “aumento regular de los presupuestos de defensa, en orden a conseguir los objetivos acordados” así como a aumentar la inversión hasta el 20% del total del gasto y el 2% a la “investigación y tecnología de Defensa”. Además, se comprometen a ser auditados en ese sentido mediante el Coordinated Annual Review on Defence ('CARD').
La agilidad a la hora de tomar decisiones es otro de los compromisos, hasta el punto que los propios países contemplan la posibilidad de “revisar los procedimientos de toma de decisiones”.
El apoyo con “medios y capacidades” es otra de las obligaciones que se autoimponen los estados “con personal, material, entrenamiento, apoyo a ejercicios, infraestructuras”, aunque, por el momento, no se establece un mando para regular estas aportaciones.
17 proyectos
Precisamente, uno de los 17 proyectos que quieren poner en marcha los países que participan en el PESCO es, precisamente, la creación de un Sistema de Mando y Control para las Operaciones y Misiones de la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE, así como un Centro de Respuesta a Crisis dentro del Estado Mayor de la UE (EUFOR). También tienen la pretensión de crear un sistema de Equipos de Respuesta Rápida y Asistencia Mutua en Ciberseguridad y un Mando Médico Europeo, según una declaración firmada por los países tras la aprobación de la decisión del Consejo.
Además de nuevas estructuras de mando, también se buscar impulsar el desarrollo de nuevas capacidades militares como la EuroArtillería, vehículos blindados ligeros y de ataque y vehículos anfibios de asalto.
Paula Pérez Cava