Arrimadas ha ganado las elecciones en Cataluña con 37 diputados, 12 más de los que consiguió en 2015, pero no serán suficientes. La candidata de Ciutadans ha conseguido también barrer en votos en los decisivos comicios del 21 de diciembre, con más de un millón de votos -300.000 más que en 2015- aunque el impulso naranja no ha conseguido romper el bloque independentista que, de hecho, aumenta en escaños, aunque pierde en votos en unas elecciones con una participación histórica que roza el 82%.
El tirón del expresident Carles Puigdmont huido en Bruselas ha mantenido viva la llama de Junts pel Cataluña, pese a los malos augurios de los sondeos previos a la cita electoral. Ninguna de las encuestas le otorgaban más de 25 diputados y ha conseguido finalmente 34, que sumados a los 32 de Esquerra Republicana alcanzan 65, cuatro más de los que consiguió la coalición electoral de ambos partidos en los comicios de 2015 y aproximadamente 200.000 votos más (tienen más de 1.800.000 votos frente a los 1.628.714 de 2015).
La separación de estrategias electorales, la rentabilización de la situación de los líderes de los dos partidos (con Puigdemont huido en Bruselas y Oriol Junqueras en la cárcel de Estremera) y la movilización ciudadana frente a la aplicación del artículo 155 han conseguido volver a aupar al independentismo dentro del Parlament. La proximidad de la cita electoral, no entendida desde muchos sectores, ha mantenido el movimiento independentista, que no se ha desactivado pese a los procesos judiciales y las ilegalidades cometidas presuntamente por muchos de sus líderes.
El descalabro de votos de la CUP, que se queda con la mitad de votos que hace dos años -cuando consiguió el 8,21% frente al 4,39% de este jueves-, no pasa factura en el bloque independentista: los 35 de JxCat, 32 de ERC y los cuatro de la CUP, consiguen 70 diputados, dos más de los necesarios para reeditar una mayoría absoluta. El apoyo en votos del bloque también ha aumentado: los tres partidos han cosechado más de 2.040.000 de votos, frente a 1.966.508 de los anteriores comicios.
Hundimiento del PP y ligero descenso de los ‘Comunes’
Mientras, los partidos no independentistas no consiguen sumar lo suficiente para hacerles sombra. El tirón de Arrimadas ha afectado directamente al PP, que se ha convertido en el gran perdedor de la noche electoral catalana. El papel del Gobierno de Mariano Rajoy, que aplicó el artículo 155 de la Constitución tras la celebración de la consulta del 1 de octubre y la proclamación unilateral de independencia -no formal- del anterior Govern. Xavier García Albiol pierde 8 diputados que van directos a la formación naranja y se queda con tres y exactamente la mitad de votos que hace dos años: pasa de los 349.000 votos de 2015 a casi 175.000 (8,49% al 4,20%).
La caída de Catalunya en Comú también cambia el panorama previsto en las encuestas. Xavier Doménech no ha conseguido convertirse en bisagra, como pretendía y tampoco conseguirá sumar para hacer un pretendido gobierno de izquierdas. Pierde un punto respecto a los votos que consiguió Catalunya Sí que es Pot y pasa de los 8,94% de 2015 a 7,34% y de 11 escaños a apenas ocho, que no serán decisivos para la formación de un frente contra el nacionalismo, si se tienen en cuenta los resultados del PSC.
Miquel Iceta apenas ha conseguido rentabilizar la posición de su partido durante la gestión del procès y pese a que ha cosechado más votos (un punto más, del 12,72% de 2015 al 13,79% de este 21-D) solo consigue un escaño más. Sus 17 diputados tampoco servirán en una eventual suma con los 36 de Arrimadas y los cuatro del PP: se quedan en 57.
¿Y ahora, qué?
La posibilidad de que Carles Puigdemont vuelva a ser president del Govern se convierte en una incógnita, dada la posibilidad de que sea detenido según pise territorio español por la investigación del llamado 'procès' que lleva a cabo el Tribunal Supremo. El tope fijado legalmente para investir al presidente se sitúa en el 6 de febrero.
Desde este momento, hay un plazo de 20 días para convocar la sesión consitutiva del Parlament que, tras la destitución de Puigdemont, será una tarea del Ejecutivo central. El límite para esta sesión queda establecida, por tanto, el 23 de enero. Una vez constituido el Parlament de la nueva legislatura y escogida la presidencia de la cámara, así como el resto de miembros de la Mesa, en los diez días hábiles posteriores deberá celebrarse el debate de investidura del nuevo presidente de la Generalitat, por lo que el límite se situará en el 6 de febrero.
El impacto de los resultados en Cataluña a nivel nacional será objeto de análisis y de revisión de estrategias, especialmente para el PP, que se queda, incluso, sin grupo parlamentario, y Podemos, con una estrategia que no ha conseguido rentabilizar el apoyo que tienen en las elecciones generales.
Paula Pérez Cava