Jorge Moragas, el inseparable jefe de gabinete de Mariano Rajoy, ha dejado su puesto este viernes, solo un día después de los resultados electorales en Cataluña, que dejan relegado al PP a una fuerza residual en el Parlament, con solo tres diputados y sin opción de formar grupo parlamentario.
Moragas, también diputado por Barcelona, será el próximo embajador de España ante la ONU, un cambio de rumbo profesional que el presidente del Gobierno ha tratado de desvincular de cualquier “motivación de tipo político”. De hecho, el diplomático habría pactado con Rajoy dejar su puesto por «razones personales y profesionales de peso», según cita la agencia EFE. El presidente ha respaldado esta teoría y ha explicado en rueda de prensa que su mano derecha en el equipo de Gobierno hace tiempo que quería dar un giro a su vida». Asimismo, el presidente no ha indicado quién será su sucesor.
Pero la importancia de Moragas trasciende a la dirección política del Gobierno y a su fidelidad como colaborador más cercano de Rajoy -de quien ha sido su sombra, especialmente en las citas internacionales del presidente, a quien ha hecho, incluso, de traductor-. Ha sido también una pieza clave en el Partido Popular, no solo a nivel nacional, al ser el director de campaña de las últimas elecciones generales, sino en el PP de Cataluña.
El ya ex jefe de gabinete del presidente del Gobierno fue el inspirador del cambio de perfil del partido, con un tono más centrista y moderado, y fue el impulsor de figuras del partido procedentes de Cataluña, como Andrea Levy, ahora centrales en el PP como vicesecretaria de Estudios y Programas del Partido.
El procès y el 155
Los resultados electorales del 21-D han sido la certificación de una estrategia poco exitosa, con la que el PP ha ido perdiendo fuerza, en detrimento del auge de Ciutadans, con Inés Arrimadas a la cabeza. Aunque el diseño de la estrategia (o la falta de ella) no es nueva. Moragas ha sido quien, de primera mano, se encargaba de gestionar la situación en Cataluña desde hace años, al menos un tres, cuando los independentistas preparaban el 9N, la primera consulta sobre la independencia catalana.
Aunque la mayor parte de fuentes cercanas apuntan a que es el presidente quien decide los pasos políticos en cada una de las situaciones que se plantean, lo cierto es que quien ejecutaba las acciones y contactos más importantes con otros partidos era Moragas. Y en este caso, como ha ocurrido con el 1 de octubre, muchas fuentes destacan la precipitación con la que trató de buscarse una solución a este conflicto. En este caso, fue apenas medio año antes cuando el jefe de Gabinete de Rajoy comenzó a contactar con otros partidos para valorar si el problema catalán se había convertido en “un problema”, un tiempo insuficiente para preparar una reacción desde el Gobierno.
Lo mismo ha ocurrido con la gestión de la respuesta de los partidos ‘constitucionalistas’ para la gestión del 1 de octubre y sus consecuencias. Los contactos para estudiar una respuesta conjunta comenzaron a la vuelta del verano, unos meses necesarios para el asentamiento de la recién elegida nueva Ejecutiva en el PSOE, pero que establecían una fecha tope acuciante para una resolución sosegada de los acontecimientos. Moragas no estuvo presente en las negociaciones, que estuvieron encabezadas por Pedro Arriola, con los demás partidos, pero su dirección marcó la pauta de la estrategia ‘popular’ todo el tiempo.
Además, fue el ‘fontanero’ en los intentos de negociación con la Generalitat para evitar el final choque de trenes al que estaba dispuesto el ‘president’ de la Generalitat, Carles Puigdemont, al hacer formalizar (pero sin formalizar) la declaración unilateral de independencia. Algunas fuentes citadas por ‘El Confidencial’ sitúan a Moragas en conversaciones directas con Josep Rius, el jefe de la Oficina de Puigdemont.
Comienzos con Aznar
Moragas se afilió al partido en el año 2001 y pronto fue nombrado por José María Aznar secretario de Relaciones Internacionales del PP, cargo que también ostenta en la actualidad. Uno de los momentos en los que el diplomático se dio a conocer entre la opinión pública fue el 15 de octubre de 2004, cuando fue expulsado de Cuba por reunirse con la disidencia en una visita a la isla. En aquel viaje, también se hizo célebre la mochila que llevaba consigo a todas partes y que daba nombre a un blog que tiene inactivo justo desde el día antes de las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 que condujeron a Rajoy a la Moncloa, recuerda EFE.
Paula Pérez Cava