Llega la primera cita para dirimir el futuro inmediato de Cataluña. El Tribunal Supremo estudiará este jueves el recurso con el que el exvicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, pide dejar la prisión preventiva, una decisión determinante para la formación de un Gobierno y la propia composición de los órganos del Parlament. La relación de fuerzas parlamentarias y la situación de muchos de los diputados hacen que los contrapesos se midan al milímetro y las negociaciones avancen con paso firme con la previsión de distintos escenarios y todas las cautelas.
La Fiscalía pedirá que Junqueras -que será trasladado desde la cárcel de Estremera a los calabozos de la Audiencia Nacional y de allí, al Supremo- continúe en prisión por un riesgo de reiteración delictiva. La defensa del exvicepresident pedirá su puesta en libertad con el argumento de haber sido elegido diputado. Sin embargo, su abogado, Andreu Van den Eyde, ha reconocido que el resultado de la vista, que se celebra este jueves desde las 10.30 horas, es “incierto”.
En caso de que el juez del Supremo Pablo Llarena decida mantenerle en prisión, como ya hizo en diciembre, Junqueras no pierde la esperanza de poder intervenir en la composición del nuevo Govern y de la puesta en marcha del Parlament: pedirá ser trasladado a una cárcel de Cataluña y poder asistir a los plenos e, incluso, ser investido president si Carles Puigdemont no regresa de Bruselas. Es decir, Junqueras considera que puede ser diputado o presidir el Govern pese a estar encarcelado.
Pero todos los escenarios están abiertos. ERC, cuyos dirigentes se manifestarán este jueves en las puertas del Supremo para apoyar a su líder, mantiene conversaciones con Junts per Cataluña, aunque este martes ya comenzaban a hacer presión mediática para que los de Puigdemont comiencen a explicar cómo conseguirán volverle a hacer president si no regresa desde Bélgica.
Y los globos sonda han comenzado a circular en todas las direcciones. La posibilidad de que los consellers que acompañan a Puigdemont en Bruselas ni siquiera regresen está también encima de la mesa y el objetivo del bloque independentista es claro y conciso: mantener su mayoría en el Parlament, por lo que no pueden permitirse que esta circunstancia termine echando abajo su plan.
Dejar el acta para asegurar la mayoría
Este miércoles se ha filtrado la posibilidad de que los cuatro exconsellers huidos, también diputados elegidos en las elecciones del 21 de diciembre, renuncien a su acta y corra la lista, de modo que se asegure que otros miembros de las listas de JxCat y ERC que no estén perseguidos por la justicia puedan votar. Así, Clara Ponsatí y Lluís Puig (de Junts per Catalunya) y Toni Comín y Meritxell Serret (de ERC) renunciarían a su acta.
Esta misma posibilidad es la que se baraja con el exconseller de Interior Joaquim Forn y Jordi Sànchez, ambos diputados de JxCat que se encuentran encarcelados, aunque los partidos independentistas dejan abierta la puerta a que sean puestos en libertad en breve o que consiguieran los mismos permisos que pedirá Junqueras al juez Llarena para poder asistir a los Plenos.
Las filtraciones de fuentes de las tres formaciones independentistas (JxCat, ERC y la CUP) excluyen, sin embargo, la posibilidad de que Junqueras y Puigdemont renuncien al acta: alegan razones de liderazgo y la posibilidad de que ambos puedan llegar a ser candidatos a la presidencia de la Generalitat.
Por el momento, la hoja de ruta de que Puigdemont vuelva a ser investido es la única que se valora públicamente, pese a que las dudas constantes sobre la ejecución de este plan hacen que ERC mantenga la posibilidad de que sea su candidato quien finalmente se haga con la Presidencia.
La posibilidad de renunciar a las actas de los diputados encarcelados se mantendrá como opción hasta el 11 de enero. Será entonces cuando el exconseller Joaquim Forn y los líderes independentistas Jordi Sànchez y Jordi Cuixart declararán ante el Supremo, que podría dejarles en libertad. Los tres se mantienen en prisión ante la posibilidad de que incitaran a una “explosión violenta”, según citaba en el anterior auto el magistrado, que decidió mantenerles en prisión provisional.
Días clave en cascada
Las decisiones judiciales marcarán, por tanto, el día de la constitución del Parlament, fijado el 17 de enero por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que tiene la autoridad del artículo 155 para seguir manejando la toma de decisiones en Cataluña.
Los diputados recogerán su acta, algo que no es determinante en el caso de los encarcelados y huidos, ya que pueden designar a otra persona, pero sí para la elección de la Mesa de la cámara y a su presidente, que podría volver a ocupar la última en ostentar el cargo, la republicana Carme Forcadell, de acuerdo con la apuesta de su propio partido.
La siguiente fecha marcada en rojo en todos los calendarios es el 27 de enero, cuando el president del Parlament tendrá que proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno Autonómico. Si el elegido es Puigdemont, el expresident tendrá que aparecer en el debate de investidura, previsto para el día 31 de enero. Y ahí puede llegar la nueva vuelta de tuerca: en cuanto pise suelo español, el expresident será detenido y puesto a disposición judicial ante el Supremo. Otro momento crucial en el que las decisiones judicial tendrá consecuencias políticas que, sin embargo, podrían verse amortiguadas en caso de que Junqueras sea puesto en libertad este jueves.
Paula Pérez Cava