El mal tiempo en el que ha estado sumido el país durante el pasado fin de semana ha despertado la crítica de numerosos conductores que, por la abundante presencia de nieve, se han quedado detenidos en mitad de trayecto para prevenir incidentes por la situación en la que se encontraba la carretera. Sobre todo se vio afectada la autopista de peaje AP-6, dónde se originó un largo e intenso atasco que mantuvo atrapados a miles de conductores en Segovia y que impidió que estos acudieran a sus destinos a tiempo. Este suceso ha centrado sus acusaciones, -entre ellas las del Gobierno- , en la mala organización que fue llevada a cabo por la empresa encargada de la gestión de dicha autopista, Iberpistas, cuya filial pertenece al grupo Abertis. Del mismo modo, el Ministerio de Fomento ha abierto un expediente a dicha compañía y se han dispuesto averiguar si como todo apunta, la gestión no era la correcta.
Tal y como ha apuntado El Independiente, según fuentes sindicales de Iberpistas, en los últimos años se ha reducido la plantilla considerablemente, hecho que en muchas ocasiones ha provocado que se ralenticen los procesos. Según informan, la compañía cuenta en la actualidad con 186 empleados, cifras críticas si se hace referencia a a los 262 trabajadores con los que disponía en el año 2012. Esta reducción del personal comenzó a producirse tras un ERE voluntario de la propia empresa en todas sus concesionarias de autopistas debido a jubilaciones y bajas incentivadas. Si nos remontamos al 2009, resalta aún más este descenso, debido a que llegaron a tener a 300 trabajadores, tanto con contratos fijos como temporales.
Los recortes han ocasionado que muchas de las actividades que antes eran ejecutadas por el personal de la empresa se lleven a cabo por métodos tecnológicos. Este suceso ha sido calificado por la propia empresa como un proyecto de «modernización» que se plasmará en todas sus filiales concesionarias. Entre las actividades que se han visto afectadas por este proceso de automatización está el cobro de tarifas, antes realizado por los empleados y ahora por máquinas o telepeajes. Según Iberpistas, solo se ha visto afectado el sector de peaje, ya que como argumentaron, “los servicios de vialidad y mantenimiento de la autopistas no se vieron afectados”.
Por todo ello, los sindicatos trabajan para que estas situaciones no se repitan y se garantice una buena gestión de la compañía y sobre todo que se asegure un número mínimo de trabajadores así como que la administración haga un seguimiento de los puestos de trabajo y de las condiciones en las que están sometidos.
Ana Paredes