Ya sólo le faltaba a la monarquía española que empezaran a sacarle trapos sucios fuera de nuestras fronteras. Eso es lo que ha hecho el diario italiano Corriere della Sera, que ha celebrado de una muy particular manera los 80 años que acaba de cumplir esta semana Don Juan Carlos.
El rotativo ha sacado a la luz una historia de cuando el emérito navegaba en compañía de una hermosa fémina y, avisado por uno de sus escoltas de que la reina visitaba el barco, no le quedó otra que coger a la modelo de un brazo y, como el que lanza un flotador a alguien, tirarla por la borda. Aquella historia pasó hace más de 20 años y no hace sino mostrar una vez más la ajetreada vida marital y sentimental de don Juan Carlos.
Ahora, toda ella ha traspasado las fronteras y la prensa extranjera se ha subido al carro de las anécdotas, como esta sobre lo que en un principio no era sino una tarde plácida para el monarca durante sus vacaciones y en la mejor de las compañías. El grito de uno de sus escoltas de «Señor, ¡que viene la reina!», terminó con aquella apacible jornada. Al parecer, éste cogió a la mujer de brazos y piernas y la tiró al mar, donde fue recogida por una lancha de salvamento. En el rotativo se precisa que «Sofía fue recibida por un sonriente Juan Carlos y una botella de champán fría».
El diario describe eso sí al emérito como un hombre inteligente aunque más instintivo que racional, algo que él mismo habría desvelado a un conocido político: «De aquí ando escaso (dijo señalándose la cabeza) pero de aquí soy invencible (apuntando a su nariz)». Aseguran que, con su carácter latino, ha sabido cómo hacerse querer y convertir a la gente en 'juancarlista' más que en monárquica. Por el contrario, se indica que Felipe no ha heredado el carácter de su padre: «El hijo es seco y riguroso, parece nórdico, muy diferente a su padre».
M. A.