Durante su comparecencia en la comisión del Congreso que investiga el origen de la crisis y el rescate bancario, Solbes ha afirmado que el gobierno debió de ser más «valiente» para mejorar el superávit presupuestario o la gobernanza de las cajas, al tiempo que también ha recordado «sin acritud» sus discrepancias con el entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.
Ha recordado que el gobierno socialista estaba en minoría y «todo el mundo tenía necesidad y ganas de más gasto».
Se ha referido a que las finanzas públicas podrían haber alcanzado un superávit del 4 % o del 5 % en los años previos a la crisis para haber reducido los niveles de deuda pública sobre el PIB más allá del 36 % alcanzado, aunque ha puntualizado que era «una alternativa política difícil».
Solbes ha explicado que desde el inicio el gobierno socialista prestó especial atención a la política fiscal, pero que «la estabilidad presupuestaria no era aceptada por una parte de la mayoría de la que disponíamos en el Parlamento y hubo que reformar la ley de estabilidad para conseguir su aplicación».
«A pesar de que la situación cíclica aconsejaba superávit presupuestarios, el contexto político de aquel momento no facilitaba presentar presupuestos con superávit», ha admitido.
Además, ha reconocido que durante su mandato se «desperdiciaron» algunos recursos públicos, aunque no los ha especificado.
Solbes ha recordado que durante su etapa como ministro «a veces no gustaba que yo dijese algunas cosas que no decía el gobierno», y ha aseverado que «a veces decía las cosas que quería el ejecutivo y otras veces no».
Ha asegurado, «sin ninguna acritud», que había dos visiones sobre como afrontar la crisis, ya que Zapatero era más «cortoplacista» y «yo era menos favorable al gasto inmediato y a reavivar el tema del mercado laboral porque la crisis parecía que nos daba margen ya que teníamos dinero», ha afirmado.
El exministro también ha afirmado que el Banco de España hizo más que otros para desalentar el crecimiento del crédito externo, y ha incidido en que el principal problema de demanda de crédito estaba en la vivienda, aunque el organismo supervisor advirtió de los riesgos derivados de la «exuberancia» en este mercado.
Al respecto, hoy se ha mostrado personalmente contrario a las deducciones de vivienda.
Asimismo ha señalado que los avances actuales en Europa para corregir los desequilibrios, como el apoyo financiero del MEDE o la mayor integración de los sistemas bancarios con los organismos de supervisión únicos, harían una crisis más difícil.
«Pero no todo está resuelto en Europa», ha alertado, a la vez que ha apostado por una reconversión del sistema financiero para afrontar el proceso de globalización y cambio tecnológico y con mayor regulación.
«Es evidente que las crisis volverán y la solución será más difícil si se opta por un sistema financiero menos regulado, aunque la exigencia de nuevos requisitos al sector financiero pueda restringir su capacidad para financiar la economía», ha dicho. EFE
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