JxCat y ERC han tanteado en las últimas horas una investidura alternativa de Carles Puigdemont en Bélgica, compatible con formar un nuevo Govern por cauces legales en Cataluña, en una negociación que se desarrolla entre los recelos mutuos que mantienen ambas formaciones.
De los contactos mantenidos este fin de semana en Bélgica entre JxCat y ERC emergió una propuesta -que fuentes republicanas atribuyen a Puigdemont y su entorno- que pasaría por constituir una Asamblea Constituyente que, reunida en un acto solemne en Bruselas, «investiría» simbólicamente al propio Puigdemont como «presidente de la república» catalana.
Esa Asamblea Constituyente tendría como base la llamada Asamblea de Electos de Cataluña, creada en 2016 por la Asociación de Municipios por la Independencia y en la que pueden registrarse alcaldes, concejales, diputados y senadores elegidos en Cataluña.
Según diversas fuentes conocedoras de la negociación, JxCat y ERC discutieron las implicaciones de esta fórmula -que algunos dirigentes del grupo que lidera Puigdemont ya conocían la semana pasada- e incluso se planteó la posibilidad de una reforma de la ley de la presidencia de la Generalitat y del Govern, para adaptar el marco legal a este nuevo esquema.
Este lunes, en las reuniones de las respectivas direcciones de las fuerzas independentistas, se ha abordado el estado de las negociaciones, que ayer parecían avanzar hacia el acuerdo.
Sin embargo, esta tarde, fuentes de JxCat han puntualizado que «descartan totalmente» una investidura a través de una asamblea de electores y han asegurado que esta propuesta no llegó a estar realmente «encima de la mesa» de negociación.
Después de que Puigdemont se haya reunido con los diputados de su grupo hoy en Bruselas, el portavoz de JxCat, Eduard Pujol, ha advertido: «Investidura solo hay una, presidencia solo hay una: la presidencia legítima del gobierno de Cataluña y la investidura del presidente de la Generalitat, Puigdemont».
Tensión en el seno del independentismo
Fuentes de ERC han lamentado los «cambios continuos de criterio» y han pedido a JxCat que «digan en público lo que dicen en privado».
En la reunión de esta mañana de la cúpula de ERC había satisfacción por el desarrollo de las conversaciones, al interpretar que JxCat avalaba la idea de recuperar un president «legítimo» que permaneciera en Bruselas como figura representativa pero sin competencias ejecutivas, constituir un Govern «efectivo» en Cataluña -cuyos miembros se desplazasen simbólicamente de forma periódica a Bélgica para reunirse con Puigdemont- y hacerlo sin que haya más consecuencias penales para ninguno de los implicados.
Pero JxCat se ha desmarcado de la propuesta de la asamblea de electores, mientras que la CUP -después de que los diputados Carles Riera y Vidal Aragonés se hayan reunido con Puigdemont en Bruselas- se ha posicionado esta tarde en contra de un debate de investidura y un candidato a la presidencia de la Generalitat «hechos a medida» para ser aceptados por el Constitucional.
En paralelo a la discusión de la fórmula sobre qué papel otorgar a Puigdemont, subyace el debate sobre qué nombre de JxCat debe presidir un Govern ejecutivo en Cataluña.
Según las fuentes consultadas, la primera opción es intentar investir a Jordi Sànchez, expresidente de la ANC, número dos de la candidatura y ahora presidente del grupo parlamentario de JxCat, pero que permanece encarcelado en Soto del Real (Madrid).
Su elección, alegan las mismas fuentes, «expondría las contradicciones del Estado», que habría permitido a Sànchez tomar el acta de diputado e incluso participar en la sesión constitutiva del Parlament -a través del voto delegado- pero podría tener la «tentación de boicotear judicialmente» su investidura.
Si no fuese Sànchez -que además en marzo o abril podría ser inhabilitado-, otra opción encima de la mesa es Jordi Turull, que fue conseller de la Presidencia y número 4 de JxCat.
Además de su experiencia y de que goza de la confianza de Puigdemont, Turull sí está en libertad -salió de la cárcel de Estremera (Madrid) junto con Josep Rull- y en principio no sería inhabilitado esta primavera, aunque sí podría serlo si hay sentencia antes de fin de año.
Algunas voces de la candidatura consultadas defienden que otra opción es Elsa Artadi, estrecha colaboradora de Puigdemont, si bien su perfil genera recelos entre algunos diputados de JxCat y su relación con la dirección del PDeCAT -partido del que se dio de baja antes de las elecciones- es precaria.
Pero aunque el plan B no pase inicialmente por ella, sí podría entrar en el nuevo Govern en una posición de alta responsabilidad -por ejemplo, el departamento de Presidencia- y, en caso de que el nuevo president fuese inhabilitado, Artadi, ya curtida unos meses en primera línea, podría asumir las riendas de la Generalitat.
EFE