«La única forma de saber si una huelga funciona es hacerla». Esta frase circuló el año pasado por todas las redes sociales después de que el movimiento feminista, impulsado por un gran multitud de asociaciones, invitara a las mujeres de todos los rincones del mundo a hacer paros parciales con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Este año no iba a ser menos ya que los colectivos feministas de España han convocado un paro general de mujeres para el próximo mes, empujado, en gran medida, por el movimiento #MeToo. UGT y CCOO han querido unirse esta movilización, que se pretende que alcance nivel internacional, y han prometido apoyarla tras convocar paros de dos horas por la mañana y por la tarde.
Con motivo de la celebración de esta manifestación, la Comisión 8-M ha convocado este jueves a los medios de comunicación en el Mercado de San Fernando (Madrid) para hablar del camino hacia la huelga feminista del próximo 8 de marzo. «La manifestación del año pasado desbordó las calles de Madrid, así que para este año nos planteamos dar un paso más: preparar una huelga general feminista», explicaba Justa Montero, miembro de la Comisión 8-M.
En total, la huelga cuenta con el apoyo de más de 300 asociaciones y entidades entre las que se encuentran dos partidos políticos nacionales, Podemos e Izquierda Unida, que han expresado su apoyo a la convocatoria. Sin embargo, ni PSOE ni PP se han manifestado al respecto mientras que Ciudadanos ha criticado la iniciativa por considerar que se trata de una huelga llena de ideología. «Nosotros respetamos la huelga feminista del 8 de marzo pero consideramos que no es la mejor opción mezclar la igualdad con cuestiones ideológicas», puntualizaba el pasado jueves la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas.
En relación a la posición del partido naranja, la miembro de Comisión 8-M, Justa Montero, ha pedido a la formación política «que no haga trampas». «Nosotras hacemos propuestas muy concretas, como en educación afectivo sexual o en la necesidad de ratificar el convenio de la OIT sobre empleadas del hogar. La posición de Ciudadanos nos hace preguntarnos cuál es el problema que tienen con estas propuestas, ya que lo rechazan porque dicen que es una huelga ideológica. Que hablen de su ideología», ha señalado ésta en relación a las políticas públicas llevadas en Ciudadanos «cuyas consecuencias pesan directamente sobre las mujeres, como en servicios sociales, educación y dependencia, pues tienen que asumir lo que no cubre la esfera pública».
La huelga pretende ir más allá de un paro laboral “porque la participación de las mujeres es nuclear en todas las esferas de la vida, y la huelga tiene que alcanzar también otros trabajos y espacios: el de los cuidados, el consumo, la vida estudiantil y asociativa”, subrayaban las convocantes en la rueda de prensa. «Si a las mujeres se nos pregunta por parar de trabajar, no nos viene sólo a la cabeza la oficina, sino todo lo que hacemos, como en los cuidados. Si lo que queremos hacer es dar visibilidad a las mujeres, es importante que se vea qué sucede si paramos». De hecho, la huelga pasará a la historia como la primera huelga feminista convocada oficialmente en España para visibilizar reivindicaciones como la lucha contra la violencia, la igualdad, la brecha salarial o la discriminación. En esta ocasión, sindicatos como CGT, USO y CNT han convocado un parón general mientras que en CCOO y UGT lo han limitado a un total de cuatro horas.
Según se ha informado en la rueda de prensa, el objetivo es conseguir un impacto similar al de la huelga que tuvo lugar en Islandia en 1975. En ese momento, el 90% de la población femenina se echó a las calles consiguiendo parar el país y provocar la aparición toda una serie de reformas legislativas y sociales que han derivado en cambios como una ley de igualdad de oportunidades o, la más reciente, una prohibición expresa de la brecha salarial.
«Convocamos sabiendo que tenemos el poder de cambiar las cosas, que podemos hacerlo y que estamos dispuestas», ha apuntado Montero. «Hay que cambiar las actitudes, las mentalidades y las leyes y las que tenemos, deben ser eficaces y contar con presupuesto», ha añadido Julia Santos, una joven estudiante que participa activamente en la Comisión 8-M.
Andrea Morea