sábado, noviembre 23, 2024
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Los tres ‘divorcios’ de la reina doña Letizia

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Por mucho que hayamos cambiado de semana, el incidente protagonizado en la Misa de Pascua por la reina Letizia y su feo gesto con la emérita Doña Sofía, sigue siendo uno de los temas más recurrentes en los medios para seguir sacando informaciones sobre cuestiones relacionadas con ella y la Casa Real.

Así, uno de los periodistas que más juego están sacando a la noticia, el veterano Jaime Peñafie, que en su época tuvo acceso privilegiado a La Zarzuela y sus entornos, ha vuelto a cargar sin tapujos contra la Reina, en LOC, desvelando un secreto que tuvo como escenario al palacio de Marivent y comparando a la misma con Iñaki Urdangarín.

Lo hace este sábado 7 de abril de 2018 en ‘LOC’, en un demoledor artículo, tal vez el más duro de los últimos tiempos, en el que sin tapujos habla de divorcio y compara a Letizia, de la que dice que es «peor», con otro consorte de la familia, Iñaki Urdangarin.

Según él, lo que opina también lo piensa doña Julia Romero Sánchez, «¡Divórciese y dele dignidad a su madre que no está por debajo, ni mucho menos, de su mujer sino muy por encima!». Eso sí, esta parece que no es la primera vez que la palabra divorcio se emplea refiriéndose a Letizia, precisando que de ello ya hablaron altas instancias antes de la abdicación de don Juan Carlos, según la periodista Ana Romero.

Y no solo esas personalidades sino el mismísimo Rey Don Juan Carlos en un enfrentamiento que tuvo con su hijo, en el mes de agosto de 2013 en el Palacio de Marivent, «Felipe y Letizia habían estipulado con la Casa un régimen estricto de días de vacaciones en Palma, ese lugar que la consorte odia tanto. Esta decisión saltó por los aires cuando el Rey Juan Carlos pidió a su hijo que se quedaran unos días más… Quería disfrutar de sus nietas. El entonces príncipe, incapaz de desobedecer a su padre, estuvo de acuerdo. Ella, por supuesto, no. Dijo que se habían comprometido a irse un día concreto y que ella, con él o sin él, se iba. Y se piró a Madrid. No se supo entonces si se había ido esa misma noche, a última hora, o en el primer avión de la mañana. Pero sí que se fue, abandonando a sus hijas, a su marido y, por supuesto, a sus suegros en Marivent para que continuaran las vacaciones sin ella».

Peñafiel puntualiza que a consecuencia de aquel desplante la discusión entre el Rey y su hijo fue tensa y dramática, hasta el punto que, en un momento determinado, don Juan Carlos le gritó al príncipe: «¡Felipe, divórciate!».

Según él, se desconocen las cláusulas de las capitulaciones que se firmaron cuatro meses antes de la boda y que, a juicio de David Rocasolano, abogado y primo de Letizia, a quien consultó antes de firmar, hasta el punto que le dijo que «lo que aquí se expresa respecto de la custodia de menores, no tiene validez. Yo que tú no firmaba». En ese instante, el príncipe Felipe les dijo: «Las capitulaciones son innegociables. Hay que firmarlas como están redactadas. No se puede cambiar ni una coma». Y Letizia firmó porque «aquí estamos a lo que estamos… Esto no es un rollo de amor». La última referencia al divorcio se produjo tras el incidente de Palma, cuando don Juan Carlos volvió a insinuarlo.

Después de esos recuerdos, Jaime Peñafiel aprovecha para descalificar a la actual Reina: «Letizia es un cuerpo tan extraño en la Familia Real como Iñaki, según el compañero Rubén Amón. Y mucho más peligroso. Se trata de una mujer incapaz de controlar los desplantes a su suegra. La sociedad no le va a perdonar el tremendo feo a la madre tan querida de tu marido, abuela de tus hijas y reina de España antes de que tu fueras esposa, madre y consorte del rey, según Luz Sánchez-Mellado».

Por todo ello termina subrayando que «pienso que Letizia, independiente de ser una maleducada es una desequilibrada (empleo la palabra como un atenuante), ‘a quien hay que exigir un comportamiento ejemplar de decoro y contención sobre todo en un acto solemne como la Misa de Pascua’, ha escrito el ilustre periodista José Antonio Zarzalejos, quien piensa ‘no es de crónica rosa sino que puede adquirir una cierta gravedad porque destapa definitivamente la sobreprotección de la Reina Letizia a sus hijas, hasta el punto de desconocer que la Princesa Leonor es la heredera de la Corona y tiene el peaje de una fuerte exposición pública, le guste o no a su madre’. Lo más sorprendente, según escribe Zarzalejos, es que ‘personas próximas a la Casa Real piensan así'».

 

M. A.

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