Una niña llamó ayer lunes al 112 Emergencias para denunciar un suceso en Gerona (Cataluña). Su madre, una mujer de 40 años, yacía inmóvil en el suelo mientras que su padre, un hombre de 45, se autolesionaba en el abdomen continuamente con un cuchillo de grandes dimensiones. La pequeña y su hermano de 10 años presenciaron el suceso. Ambos sufrían una crisis de ansiedad y cortes en las manos. Ambos se habían quedado huérfanos. En total, ya son cuatro los niños que se han quedado sin padres en los que va de año por la violencia de género.
Ante dicho suceso, Save the Children ha pedido este martes con carácter «urgente» una Ley Integral contra todas las formas de violencia hacia la infancia, que proteja a los niños y niñas víctimas de violencia, incluida la de género y que contemple, entre otras medidas, la suspensión de la custodia compartida y del régimen de visitas en todos los casos en los que el menor haya presenciado o sufrido la violencia de género.
En lo que va de año, al menos cuatro niños han quedado huérfanos por el asesinato de sus madres a manos de sus parejas o exparejas. En 2017 fueron 24. Ante la alarmante cifra, Save the Children considera «las medidas de protección a los menores son insuficientes». Aunque los niños son considerados víctimas de la violencia de género desde la aprobación de la Ley de Infancia y Adolescencia en 2015, las medidas de las que gozan son únicamente las impuestas a sus madres y aún no se tiene suficientemente en cuenta el peligro que supone para un menor convivir con un padre maltratador. De hecho, en 2016, poco más de un 6% de estas medidas fueron para suspender el régimen de visitas y la suspensión de la guarda y custodia tan solo se dio en un 9% de los casos.
“Los niños necesitan medidas de protección especiales que deben primar siempre la seguridad del menor”, afirma Emilie Rivas, responsable de Políticas de Infancia de Save the Children en Cataluña. Según precisa, las medidas de las que gozan son únicamente las impuestas a sus madres y «aún no se tiene suficientemente en cuenta el peligro que supone para un menor convivir con un padre maltratador».
En España, la organización ha trabajado desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.
Andrea Morea