Destaca la caída de un 18% en los resultados de Cepsa, que no obstante ganó 165 millones de euros en el primer trimestre de 2018.
Esta caída de los beneficios se debe a que los márgenes de refino se vieron lastrados porque el encarecimiento del petróleo no se trasladó con igual intensidad a los precios finales según ha informado la propia compañía.
El beneficio neto teniendo en cuenta la variación del valor de las existencias se sitúo en 189 millones de euros entre enero y marzo de 2018. Corrigiendo las normas internacionales el resultado será un 6% inferior al del mismo periodo de 2017″, ha especificado la compañía.
Repsol, por su parte, obtuvo en el primer trimestre de este año un beneficio neto de 610 millones de euros, un 11% menos que en el mismo periodo de 2017, cuando la subida de los precios del crudo tuvo un efecto excepcional en el valor contable de los inventarios.
Por su parte, el beneficio neto ajustado del grupo, sin contar dichos inventarios, subió un 8%, hasta los 616 millones de euros. Según indicó la compañía, la flexibilidad de su negocio integrado y las medidas de eficiencia han permitido afrontar con éxito el trimestre, siempre teniendo en cuenta el mismo periodo de 2017.
Y especialmente por estar marcado por unos precios del crudo más elevados (un 24%); unos menores precios del gas (-9,4%); un dólar frente al euro(-15%) y, en general y un entorno internacional menos favorable para los negocios industriales.
Los mejores resultados parecen los de BP que aumenta su beneficio un 70% en el primer trimestre por el encarecimiento del petróleo. En concreto, ganó 2.531 millones de dólares (unos 2.098 millones de euros) en los tres primeros meses de este año debido al encarecimiento del crudo. Los ingresos de la petrolera entre enero y marzo fueron de unos 57.319 millones de euros (69.143 millones de dólares), mientras que las compras en el mismo periodo se situaron en 51.512 millones de dólares (42.703 millones de euros). Poco a poco BP va recuperando la confianza.
Algo que no parecía fácil en junio de 2010. Las perspectivas a largo plazo de Carl-Henric Svanberg como presidente de BP no parecían muy prometedoras, cuando salió de una reunión de emergencia en la Casa Blanca en la que se analizó una solución al escándalo del vertido de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México.
D.L.