jueves, octubre 3, 2024
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El Whatsapp condujo al cadáver del segundo sepultado

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Un sobresalto recorrió esta mañana la calle Martínez Campos. El móvil de Agustín Bello, de 42 años, que había estado sin cobertura desde que el edificio se derrumbó, de repente sí recibía mensajes de whatsapp y llamadas de teléfono. Lo habían intentado desde el primer momento los equipos de emergencia y siempre saltaba el contestador. Hasta hoy.  

Se dio cuenta su familia. Esos mensajes que le habían mandado tratando de contactar con él para rescatarlo, mostraban la doble marca que indica que el aparato los recibe. El corazón les dio un vuelco. Sus esperanzas de encontrarlo con vida se redoblaron. 

Sobre las 7 de la mañana, policías y bomberos daban una orden estricta a todos los presentes: silencio total. Periodistas, vecinos, sanitarios callados…, y volvieron a llamar al móvil de Agustín. No oyeron el timbre de llamada bajo los escombros, pero sí hacía la llamada. 

El detalle era muy importante para localizarlo y tiene una explicación. Habían retirado 7 metros de escombros que le habían caído encima. Por eso el terminal había recuperado por fin la cobertura.

Sólo dos horas después de darse cuenta de este detalle esencial, encontraban su cadáver. Se trata del hermano del encargado y se investiga qué hacía en ese momento en la obra y su relación laboral. 

Han sido casi 3 días de intensa búsqueda de los dos hombres. Pero ahora el trabajo no ha acabado. Se centran en demoler el edificio con seguridad para que no se produzcan más accidentes.

El cuerpo sin vida de Agustín Bello, de 42 años y vecino de Parla, segundo desaparecido en el derrumbe de un edificio en el paseo del General Martínez Campos de Madrid, tenía siete metros de escombros por encima. Así lo ha explicado a los medios de comunicación el jefe del Cuerpo de Bomberos de Madrid, Eugenio Amores, que ha asegurado que la víctima «no ha sufrido absolutamente nada por cómo estaba el cadáver del contusionado».,Ha añadido que se ha explicado a los familiar

 

Amores ha detallado que un perro de bomberos marcó una zona el primer día, aunque no hubo una confirmación posterior de los perros de la Policía Nacional y de la Policía Municipal, con lo cual se ha buscado más en base a la orientación que les han dado los propios obreros de dónde se podían encontrar.

A partir de ahora, los bomberos procederán a hacer un reconocimiento con los técnicos de los Servicios de Disciplina Urbanística y Control de la Edificación y les darán el relevo.

Una vez analizado el estado de la estructura, se determinará si llevar a cabo una demolición controlada u otro tipo de derrumbe.

Respecto a si la acumulación de materiales en la última planta pudo ser una de las causas del desplome del edificio, Cortijo ha apuntado que hay «varias hipótesis de trabajo, pero no se puede confirmar ninguna».

El inmueble, propiedad de Rockefeller, estaba siendo rehabilitado para construir viviendas de lujo. Hasta el momento se han barajado dos hipótesis: que hubieran almacenado material con excesivo peso en la planta superior o que el edificio colapsara al excavar tres plantas subterráneas para aparcamientos. La Fiscalía de Madrid sigue investigando por qué se desplomó como un castillo de naipes.

 

Redacción

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