Pedro Sánchez le ha comunicado al Rey su «Consejo de Ministras», en buena parte ya conocido por la prensa. Ha sorprendido con el nombramiento en menos de una semana tras su toma de posesión del cargo de presidente de un Ejecutivo formado por profesionales de denso currículo. Un récord para tan poco tiempo, algo que hace pensar en una gestación durante semanas o meses de un gabinete en la sombra. Un gabinete que tiene cercana fecha de caducidad. Y es lo primero que Sánchez ha querido agradecer a sus ministros, su predisposición. El presidente cree que su gobierno “aspira a representar a la mayoría de la ciudadania: lideres respetados y reconocidos». Y fija la línea básica de su comportamiento político: «Escuchar, dialogar y consensuar con aquel que piensa distinto».
Sobre su composición mayoritariamente femenina, el elemento que convierte a este Ejecutivo en histórico, Sánchez ha dicho que «otorga el peso de las responsabilidades en materia económica a las mujeres» y destaca que «las políticas de igualdad son una prioridad».
El entusiasmo informativo con el que ha sido acogido el nuevo Ejecutivo no es compartido en Génova 13. Rafael Hernando, el portavoz del PP en el Congreso, se ha apresurado a criticarlo. «Se recuperan viejas glorias, se mira al pasado otra vez…, hay mucho zapaterismo».
Ciudadanos cree que la labor de este débil Gobierno será complicada, pero destaca que «son perfiles adecuados, correctos, pero sin programa de Gobierno».
Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos, lamenta que no se haya contado con su formación para formar el Consejo de ministros y descarta que vayan a aceptar segundos puestos. «Creo que seria un experimento extraño, no haría honor al apoyo electoral que tenemos».
El presidente catalán, Quim Torra, tampoco envía un saludo de paz al nuevo gobierno: «no es una mala noticia, es una pésima noticia para nosotros». Se refiere al nombramiento del ministro de Exteriores, Josep Borrell.
Redacción