Una filial de Telefónica firmó en 2011 un contrato con Krafral Eventos, propiedad del yerno y sobrino de Enrique Cerezo, por la que esta sociedad debía cobrar el 15% de la adjudicación que la multinacional recibiera del Atlético de Madrid por el acondicionamiento en materia de seguridad del Wanda.
Esta minúscula sociedad de Kiyomi Cerezo y Raúl Pérez Acebo contaba con apenas 3.000 euros de capital y creada meses antes de firmar dicho acuerdo. Recibió un adelanto de 30.000 euros de Telefónica como anticipo de dicho porcentaje, supuestamente soportado en una labor de consultoría que debía ejecutar Krafral, nunca detallada ni plasmada en realidad comprobable. Ni realizable directamente, dado que la empresa carecía de empleados.
En 2016 se cerró finalmente dicho macrocontrato entre el club que preside Cerezo y Telefónica. Pero la compañía, que preside José María Álvarez-Pallete, rehusó abonar el suscrito 15% -que debía reportarles 2,2 mllones a los parientes del dirigente rojiblanco- cuando le fue imperativamente reclamado en 2017, según fuentes de la compañía.
Los abogados de la multinacional desecharon los argumentos de los litigantes para justificar el cobro de unas cantidades que rebasaban los tres millones de euros por el contrato de seguridad y cualquier otro que hubiera firmado o firmase dicha filial.
La pelea por el 15% no se ha cerrado aún. Una pelea judiclal con Telefónica por su 15% que pilotan el yerno y el sobrino del presidente del Atlético desde una sede que comparten desde 2013 con empresas de Enrique Cerezo en el edificio Rack de Pozuelo.
Telefónica reconoce que, efectivamente, en 2011 pagó “en concepto de adelanto” 30.000 euros a la empresa Krafral, propiedad de Kiyomi Cerezo, sobrino del presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, y de su yerno Raúl Pérez Acebo. El pago es anterior al multimillonario contrato para digitalización del Wanda metropolitano suscrito entre el club y la compañía de telecomunicaciones en 2016
.
La empresa lo ratifica
Fuentes autorizadas y oficiales de la empresa no han querido concretar las circunstancias que rodearon a la firma de aquel contrato con Krafral. “El tema esta siendo analizado por nuestros servicios jurídicos. Las personas que firmaron aquel contrato y autorizaron aquel pago no son las mismas que ocupan los cargos directivos actuales de la empresa”, ha puntualizado esta fuente en conversación con Estrella Digital.
¿Un pago sin retorno?
La compañía telefónica reconoce que pagó, pero quiere subrayar, sin aportar mayores detalles, que finalmente no hubo adjudicación (subcontratación) y, por lo tanto, “a tenor de lo estipulado en el contrato con Krafral hemos exigido el retorno de este dinero”. Telefónica aún no ha recuperado los 30.000 euros a pesar de haber sido reclamados en una primera fase por vía notarial, previa a la reclamación judicial.
Si bien la compañía confirma el acuerdo contractual con el sobrino y yerno de Cerezo, quiere añadir que…“no estamos de disposición de aportar ahora más detalles del origen, motivación y gestión de ese contrato”.
El contrato matriz, viento en popa
En cualquier caso, Telefónica ratifica que en 2016 suscribió una macro contrato con el club de mas de 15 millones de euros”, para la digitalización del estadio Wanda Metropolitano, “un contrato que se está cumpliendo por ambas partes con absoluta normalidad”.
Carlos Quílez