En rueda de prensa para informar sobre la predicción estacional de los próximos tres meses y sobre la primavera pasada, la portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ana Casals, ha explicado que este verano «pinta» menos caluroso que los últimos tres años, que fueron en general «muy cálidos» y con un temperatura media superior a la normal.
No hay una señal climatológica «muy fuerte» que pronostique más calor que años anteriores, ha detallado Casals, para hacer hincapié que, incluso en las Islas Canarias, el escenario se inclina a una estación con temperaturas por debajo de lo habitual.
En cuanto a las precipitaciones, la portavoz de la Aemet ha subrayado que los modelos no aprecian señales «concluyentes» sobre si va a llover más o menos que la media para la estación.
Respecto a la primavera pasada, Casals ha explicado que ha sido «fría y extremadamente lluviosa», con una precipitación media sobre España de 317 litros por metro cuadrado, un 83 por ciento por encima de la media, convirtiéndose en la primavera más lluviosa desde 1965, seguida de la de 1971 (313 litros) y la de 2013 (288 litros).
Por meses, marzo fue extremadamente húmedo, con una precipitación de 163 litros por metro cuadrado, un 347 % del triple del valor normal, mientras que abril fue muy húmedo con 89 litros, un 37% por encima del valor normal y por último, mayo resultó normal con 65 litros, un 7 % por encima de la media.
El valor más alto de precipitación diaria registrado en esta primavera en un observatorio principal fue el día 9 de marzo en el Puerto de Navacerrada (Madrid) con 67 litros, seguido de Cáceres (Extremadura), con 55 litros también el día 9 de marzo, y de Ceuta, con 52 litros el 10 de abril.
Casals ha resaltado la estación meteorológica de Madrid-Retiro, la cual ha registrado en marzo el mayor valor de precipitación en los últimos 125 años (1893-2017) con 140,7 litros, sobrepasando de manera «muy holgada» los 123,8 litros de 1947, cuando se alcanzó el anterior récord.
En este punto, la portavoz ha explicado que esa acumulación se consiguió con un máximo diario relativamente bajo (23,7 litros), y un elevado número de días (21) de precipitación apreciable.
En cuanto a temperaturas, marzo fue muy frío, con una media que se situó 1,3 grados por debajo de la normal; abril resultó cálido, mientras que mayo fue normal, aunque a lo largo de toda la estación fueron frecuentes los episodios fríos.
Los valores más bajos entre los observatorios principales correspondieron al Puerto de Navacerrada, donde se registraron -10,3 grados el 22 de marzo, Izaña, con -5,6 grados el 20 de abril, Valladolid/aeropuerto, con -5,5 grados el 22 de marzo, y León, donde se midieron -4,6 grados el 22 de marzo.
En cuanto a temperaturas elevadas, destaca el prolongado episodio cálido que se extendió entre el 15-27 de abril, en el que, tanto las máximas como las mínimas, se situaron en muy por encima de los valores normales para la época del año.
Las temperaturas más altas entre observatorios principales se registraron en Ourense, con 32,2 grados el 24 de abril, Almería/aeropuerto, donde se midieron 32,1 grados el 24 de mayo, Alcantarilla/base aérea, con 31,5 grados el 25 de mayo, Tortosa, con 31,2 grados el 25 de abril, y Murcia, también con 31,2 grados el 23 de mayo.
Respecto al año hidrológico, Roser Botey, jefa de Climatología de la Aemet, ha apuntado que el año 2016-17 terminó muy seco y el comienzo del año actual (2017-2018) siguió la misma tendencia, con valores incluso, a finales de noviembre, por debajo del 58 por ciento de lo normal.
Sin embargo -ha continuado Botey- al empezar el invierno ese déficit en las precipitaciones se fue anulando, por el efecto de las intensas y persistentes precipitaciones, hasta llegar al mes de marzo que finalizó con un acumulado cercano al 8 por ciento.
Durante los últimos meses de la primavera, el valor de las precipitaciones ha ido fluctuando para situarse en esta primera quincena de junio entre un 14/16 por ciento.
Redacción