Después de tres días de libertad, José Ángel Prenda ha dicho sus primeras palabras sobre el caso. Su agradecimiento a la gente por su recibimiento en su barrio de Sevilla es en realidad un reproche a la prensa del condenado por abusos sexuales. Éste ha sido el diálogo con los periodistas que le aguardaban a la puerta de su vivienda familiar:
-Prenda: La gente dándome las gracias, diciéndome que por fin había acabado la injusticia. El recibimiento de la gente ha sido increíble la verdad.
-Periodista: ¿Queréis pedir perdón a la víctima?
-Prenda: Yo creía que no me iban a recibir bien por lo que ustedes estabais diciendo, bueno por vuestras mentiras y la verdad que la gente increíble, un recibimiento brutal.
-Periodista: ¿Mentiras de quién?
-Prenda: De ustedes los periodistas… Muy agradecido a la gente que me ha apoyado desde primera hora…
-Periodista: La sentencia la ha dictado un juez no un periodista, Prenda… ¿Queréis pedir perdón, hay algún arrepentimiento?
A esa pregunta, silencio total de El Prenda, que se ha montado en un vehículo para acudir a firmar por primera vez a los Juzgados de Sevilla, en cumplimiento de las medidas cautelares. Ha sido el segundo en llegar. Antes, el más madrugador, el militar de La Manada. Engominado, con bigote, Alfonso Cabezuelo, sólo ha respondido a la pregunta: ¿Qué tal estos días en Sevilla? «Un poco agobiado», ha afirmado.
El tercero en acudir ha sido Ángel Boza. Él no ha dicho nada de nada. Después han acudido el guardia civil suspendido, Antonio Manuel Guerrero, y Jesús Escudero, el peluquero.
Redacción