jueves, noviembre 28, 2024
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Sáenz de Santamaría imita a Rajoy: “Mi lealtad está con el partido: yo también soy leal»

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Tal vez porque se sintió aludida, tal vez por imitación del líder herido y dolido que se va, Soraya Sáenz de Santamaría marcó la fuerza de su discurso de presentación de candidatura en la fuerza moral que da la lealtad: “Mi lealtad está con el partido: yo también soy leal y soy consecuente: no le pido a nadie lo que yo no esté dispuesta a hacer”, dijo ante un plenario que la ovacionó en diversas ocasiones. “Soy castellanoleonesa, soy persona de palabra”: así pidió el voto Soraya.

Muy didáctico resultó su juego con un abanico en blanco pero con los colores de la bandera española en su extremo. Soraya supo utilizar muy hábilmente esa alegoría del partido que ella quería y que visualmente se identificaba plenamente con España: “Un partido cerrado es compacto, pero no entra aire”, dijo, mostrando el abanico cerrado y, consecuentemente, con la bandera muy pequeña, pero “si lo vamos abriendo paulatinamente somos más grandes” y, ya con el abanico desplegado y con la bandera de España extendida, dio su golpe de efecto: “Amigos, así es como se ganan las elecciones”. Grandes aplausos para la oradora.

En su discurso, una Soraya pausada -“para que se me entienda bien”, llegó a decir- jugó fuerte con la baza de los militantes, que la convirtieron en la ganadora de las primarias en la primera vuelta: “Ellos han visto en mí la mejor opción, me han elegido para ganarle al PSOE y a Pedro Sánchez, para derrotar también a los populistas y a los que quieren romper España”.

“Soy la candidata más votada del partido más votado de España”, dijo en un momento de su discurso mientras, en primera fila, su eterna enemiga María Dolores de Cospedal desviaba la mirada de forma expresivamente negativa y Mariano Rajoy, a su lado, ponía cara de disgusto: parecía no gustarle el discurso de quien fuera su mano derecha en el Gobierno. Mientras, Soraya seguía haciendo ‘partido’: “No quiero pretender otra cosa que lo soy: soy Soraya, la del PP, y mi partido es el PP”.

Ése fue un argumento muy repetido, que hizo gritar al plenario gritos de “unidad, unidad, unidad”: dijo Soraya que siempre ha defendido la integración “para que nuestro partido sea más fuerte”, porque “todos somos un equipo” y “no pregunto ni preguntaré a nadie cuál era la opción que apoyaba; sólo pediré dos cosas: lealtad con el partido y ganas de trabajar por él y por España”. Y otro golpe de efecto para alguien que ya domina el arte escénico: si los militantes no la hubieran votado mayoritariamente en la primera vuelta de estas primarias “estaría en tu lista, Pablo, si me lo hubieras pedido”. Más ovaciones con los compromisarios puestos en pie.

La idea de la unidad y el confort de España

En el eje central de su discurso, Soraya desarrolló su idea básica de la unidad de España, contrarrestando el mensaje permanente en tal sentido que ha venido lanzando su oponente, Pablo Casado. Habló de banderas ondeando en sitios conflictivos, donde ser constitucionalista es jugarse el tipo, y recordó, como Rajoy y De Cospedal un día antes, los muertos del PP por acciones de ETA. Nueva arrancada de aplausos.

“He defendido la unidad de España con uñas y dientes”, repitió en diversas ocasiones Soraya, y recordó que el progolpista catalán Quim Torra, actual presidente accidental de la Generalidad de Cataluña, le puso una querella por aplicar la ley.

A lo largo de su discurso, Soraya reivindicó un PP como el partido de las clases medias de España, “el que evitó el rescate de España y trajo la recuperación, el que ha sostenido el Estado de bienestar, el que evitó la quiebra de las autonomías… ¿hay alguien que renuncie a esta herencia? Yo creo que no”. Un tema emotivo que supo aprovechar en diversas ocasiones, como cuando enfatizó que “nunca militaré en otro partido: yo moriré siendo del Partido Popular. Quiero más partido y mejor partido, un partido en el que se encuentren todas las generaciones, vivo, dinámico”.

También tuvo un espacio emocionado para hablar de su lucha contra la corrupción, el mal que, según ella, le ha hecho perder votos al PP: “Hemos perdido votos por razones que tienen nombre: la corrupción”.

“No tenemos más corrupción que otros partidos, pero nos ha pesado mucho”, dijo, pprque se ha extendido sobre todos la culpa de algunos. “No puedo cambiar el pasado, pero sí comprometerme a que no vuelva. Tenéis mi palabra. Pero os digo una cosa: tolerancia ninguna, pero inquisición de los otros tampoco. Es hora de reivindicarnos como lo somos: un partido de gente honrada y comprometida”.

Para finalizar su actuación, Sáenz de Santamaría leyó los 35 nombres de su candidatura, en la que destaca la propuesta de la ex ministra de Trabajo, Fátima Báñez, como secretaria general, y con nombres tan conocidos como José Luis Ayllón o Mari Mar Blanco.

 

Iván Delgado

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