sábado, noviembre 23, 2024
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Boza se enfrenta hasta a 5 años de cárcel por el robo violento de las gafas

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Ángel Boza ha pasado su primer día, de nuevo, en la prisión de Sevilla. El juez lo acusa de un delito de robo con violencia castigado con penas de 2 a 5 años de cárcel. De este modo, el robo de unas gafas de sol y haber embestido a dos vigilantes de seguridad con su coche puede salirle caro.  

Su abogado, Agustín Martínez, ha dicho que Boza está muy «arrepentido» y que ha hecho «una estupidez».

El juez de Sevilla que instruye la causa cree que en su caso hay riesgo de fuga, a diferencia de lo que consideran los jueces de la Sala Segunda de la Audiencia de Pamplona, que dejaron en libertad provisional a La Manada tras condenarlos a 9 años de cárcel por abusos sexuales, al considerar que el riesgo de fuga no existía debido a su fama mediática.

«Existe un peligro cierto de elusión de la acción de la justicia. Ello queda motivado no sólo por los anteriores elementos de reiteración delictiva y alta penalidad, sino también por el hecho de que la sucesiva concatenación de asuntos que penden sobre el aquí detenido-investigado haga previsible ese elemento de elusión de la acción de la justicia», dice el juez en su escrito.

Añade que otro motivo de mandarlo a prisión provisional es su «peligrosidad». Y textualmente asegura que «tiene las características propias de la reiteración delictiva».

El vehículo como arma

En el escrito el magistrado razona que el acto cometido por Boza, el robo de unas gafas de sol marca Oakley valoradas en 148 euros, es un robo violento porque utilizó su vehículo para herir a dos vigilantes de seguridad del centro comercial que quisieron darle el alto a la salida del parking.

«El hecho de que se utilice un vehículo de motor para lograr el fin de la sustracción golpeando a una persona que pretende interceptarla autor, configura como medio peligroso la utilización de ese vehículo de motor».

Según el testimonio de los vigilantes, Ángel Boza cogió las gafas de sol y las introdujo debajo de sus pantalones. Para despistar, colocó las suyas en el expositor. Luego se dirigió al parking y cuando un vigilante le dio el alto, «aceleró violentamente» y dio un volantazo «llegando a invadir el carril contrario». En esa maniobra golpeó el costado del vigilante que resultó herido leve. Otro vigilante, al ver la maniobra, se colocó delante del coche y Boza continuó su marcha, por lo que el hombre tuvo que esquivar al coche.

Redacción

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