24 de julio. Alenka Yumara, una joven de origen alemán de 15 años que está de visita en Madrid, discute con su madre y se marcha al museo del Prado. Ahí se le pierde la pista. Ha estado once días desaparecida y la policía Nacional calificó su desaparición de alto riesgo. Anoche los agentes, tras una intensa búsqueda, la encontraron a más de 400 kilómetros de Madrid, en Granada.
La aventura de Alenka
Hace unos días la joven apareció con lo puesto y una mochila pequeña paseando por las calles de Granada. No tenía documentación ni teléfono móvil. Sólo una sudadera y una navaja pequeña, según ella misma contaba. Y había cambiado su identidad: decía llamarse Eli y ser de California.
Contactó con dos músicos
Alenka escuchó a un joven violinista que toca en las calles de Granada y se quedó impresionada con su habilidad. Al terminar su actuación le preguntó si podía ir con él al siguiente sitio y el joven accedió. «Era muy simpática, muy educada y le encanta la música». Al día siguiente Alenka volvió al mismo lugar para oírle. Así trabaron amistad y fueron a tomar algo con amigos.
Cambió su identidad
«Nos contó que era de California, nos dijo su edad pero explicó que estaba en España de viaje turístico, que había llegado a Granada en autoestop y que su próximo destino era Valencia», asegura el joven.
Ayer por la tarde la policía llamó a la puerta de los dos jóvenes para preguntarles por la chica. El violinista y su amigo sólo sabían los detalles que ella les había contado, no dónde se encontraba, pero se ofrecieron a ayudar a los agentes y fueron a tocar al mismo lugar donde Alenka iba a verlos.
Y Alenka apareció allí, por eso la Policía ha podido encontrarla. Ahora se encuentra declarando en una comisaría. Tendrá que desvelar quién la llevó a Granada y cómo sobrevivió once días sin documentación ni apenas dinero.
La colaboración ciudadana
Su fotografía se difundió por las redes sociales. La Policía hizo un llamamiento en internet y la madre de Alenka también. Incluso pidió a la actriz Paula Echevarría que difundiera entre sus seguidores la desaparición. Comenzó a salir en las televisiones. La colaboración ciudadana ha sido vital. Algún vecino de Granada la vio hablando con el violinista y otro amigo, que tocan música en las plazas de Granada y llamó a la Policía. Ayer los agentes se presentaron en el domicilio de los jóvenes que se prestaron de inmediato a ayudar a la policía a encontrarla. Es el final feliz de una aventura arriesgada que comenzó con una discusión familiar.
Fernando López