Él era peón. Un hombre amable, servicial y cariñoso incluso, según sus vecinos. Aseguran que nunca percibieron en él radicalismo ni una especial ortodoxia religiosa. Hace 8 meses que compartía casa con su pareja: una mujer sudamericana. Ella había abandonado a su marido, japonés, y se había marchado con sus dos hijos a vivir con Abdelouahab Taib , el argelino abatido hoy a disparos por los mossos.
De ser una mujer abierta y simpática, de repente, los vecinos observaron un cambio radical en ella, en su indumentaria y en su trato: mucho más reservada y cubierta con el velo. Se había convertido al islamismo.
Ahora su testimonio será clave para saber qué pretendía Abdelouahab Taif. Aunque el levantamiento de su cadáver ha estado a cargo de la juez de guardia de Cornellà, el caso lo llevará el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, competente en delitos de terrorismo.
El ataque ha ocurrido hoy a las 5.52 de la mañana en la comisaría de Cornellà, cuando el hombre de 29 años ha entrado con un machete de grandes dimensiones al grito de «Alá es grande» y ha sido abatido a tiros por los mossos. La comisaría permanece cerrada a cal y canto y rodeada por decenas de cámaras.
Los agentes han encontrado su NIE, que estaba en regla. Era vecino de Cornellá y natural de Argelia, nació en abril de 1989. No tenía antecedentes penales.
El cuerpo del asaltante será enviado al Instituto Anatómico Forense donde se le practicará la autopsia. Se trata de un argelino de 29 años vecino de Cornellà. Ahora los agentes de la policía científica están recogiendo huellas y restos en el lugar del asalto y en su domicilio, situado a tan sólo cien metros de distancia.
La escena ha podido quedar registrada en las cámaras de la comisaría, cuyas imágenes están siendo analizadas ya por los investigadores. Tratan de averiguar si se trata de un ataque yihadista de un «lobo solitario» o incluso si podría tener colaboradores.
En este momento, todas las comisarías de los Mossos d’escuadra están en alerta por posibles ataques terroristas.
Carlos Quílez