El sindicato USPAC, que defiende a la mossa que abatió al asaltante de la comisaría de Cornellá, asegura que es una «heroína» que tuvo una actuación «de libro, muy meritoria» que «salvó vidas».
En rueda de prensa, el presidente de la USPAC, David Lijarcio, ha destacado que la actuación de la mossa que el pasado lunes abatió al asaltante fue «muy meritoria», ya que en todo momento actuó para salvar su vida y la de sus compañeros de comisaría, muchos de los cuales estaban en los vestuarios, sin arma, antes de iniciar su turno o finalizarlo.
Ante la amenaza que suponía el atacante, armado con un cuchillo y que invocó a Alá al abalanzarse contra la policía, la agente, con catorce años de experiencia en el cuerpo, no se encerró en un despacho para protegerse, como podría haber hecho, sino que pidió la ayuda del sargento para impedir entre ambos que el asaltante accediera al interior de las dependencias policiales y atacara a sus compañeros, desarmados en el vestuario.
Según el presidente del USPAC, la mossa, que actualmente está de baja, no sólo pensó en salvar su vida, sino también la de sus compañeros, durante un incidente que no duró más de 15 segundos, en los que se interpuso entre el agresor y los demás agentes.
«Esperamos que el departamento de Interior se comporte y la reconozca como es debido», ha indicado Lijarcio, que ha destacado que esta mossa, al igual que el sargento que salió en su ayuda, son unos «héroes» y «como héroes hay que reconocerles» y condecorarles.
El dirigente sindical ha resaltado, además, que la actuación de la mossa es aún más «meritoria» si se tiene en cuenta que el lunes llevaba trabajando doce de los últimos quince días, que en los últimos siete había hecho el turno de noche -los últimos dos en jornadas de doce horas-, y que le faltaban cinco minutos para acabar el servicio. «Estaba en situación de cansancio físico y lo resolvió perfectamente», ha remarcado.
Como ya declararon ayer la propia mossa y el sargento ante la juez que investiga el caso, Lijarcio ha explicado que el asaltante llamó por el interfono para entrar en comisaría con el pretexto de hacer unas gestiones y que cuando le abrieron la puerta fue directamente a la garita donde estaba la agente y arremetió contra ella, mostrando un cuchillo y invocando a Alá.
El asaltante logró entrar en las dependencias policiales, ante lo que la agente y el sargento intentaron impedirle el paso por un pasillo, mostrando su arma reglamentaria y dándole el alto -«quieto, quieto», le dijeron.
Al hacer caso omiso el asaltante, que seguía mostrando de forma amenazante el cuchillo, la agente efectuó cuatro disparos, pero no en ráfaga, sino que después de cada tiro la policía retrocedió un paso, mientras el atacante seguía dirigiéndose hacia ella esgrimiendo el puñal.
A raíz de este ataque, el USPAC ha pedido incrementar las medidas de seguridad en las comisarías y, entre otras medidas, instalar arcos de seguridad con detectores de metales en las entradas y reforzar los dispositivos de vigilancia con un segundo o tercer efectivo, si bien lamentan que actualmente faltan unos 2.000 mossos.
También han denunciado las dificultades que tienen algunos mossos afectados por los atentados de Barcelona y Cambrils (Tarragona) del pasado 17A para que les reconozcan como víctimas y que les presten la atención debida, por lo que han exigido un protocolo para este tipo de casos que garantice su atención. E
Redacción