En las últimas semanas la presencia de mosquitos en zonas del litoral oriental como Sanlúcar de Barrameda, Mazagón y Matalascañas ha aumentado, constituyendo a día de hoy un problema para quienes deciden pasar sus vacaciones en estas playas.
En el mes de abril se realizó un diagnóstico previo de la población de larvas de mosquitos existentes, y está previsto que continúe hasta octubre. Fundamentalmente se realiza en zonas de aguas de baja salinidad, como arrozales; en aguas salobres en zonas que se encuentran sometidas a períodos de inundación de mareas, como ocurre en las Marismas de Barbate; en las lagunas, en los vertidos de aguas residuales o piscinas y en depósitos de aguas. Se ha solicitado la colaboración de la población ya que se han encontrado algunos de los focos de cría en zonas privadas.
El Servicio de Control de Mosquitos de la Diputación Provincial de Huelva ha asegurado que es cierto que en los últimos días se ha producido un «pico de mosquitos», al coincidir con mareas de alto coeficiente, pero que se trabaja diariamente en diversas zonas desde el 1 de marzo al 31 de octubre. Afirmaron que las poblaciones más problemáticas son, precisamente, las más cercanas a marismas, esteros y terrenos encharcados. Entre ellas, se encuentran los municipios próximos a Doñana, que actualmente es un espacio protegido donde no se realiza ningún tratamiento.
En Cádiz, no existen proyectos desde la Diputación Provincial contra los mosquitos. Únicamente actúan cuando la ocasión lo requiere y no siempre en zonas turísticas. Las últimas actuaciones que incluían acciones para la mejora medioambiental y la protección de la salubridad pública, se produjeron con la colaboración de la organización agraria ASAJA, en las zonas húmedas de la Janda, afectando también a las localidades de Vejer, Barbate o Tarifa.
Redacción