Los Mossos d’Esquadra han dado un giro total a su actuación inicial tras la agresión de un hombre a Lidia C. el pasado sábado en Barcelona cuando retiraba lazos amarillos acompañada de sus 3 hijos pequeños y de su marido. Después de no detener al hombre e incluso asesorarlo para denunciar a la mujer, hoy según ha podido saber Estrella Digital, han decidido denunciarlo ante un juzgado y remitir las actuaciones a la Fiscalía Especial por Delitos de Odio y Xenofobia de Cataluña, por si existe un componente de orden xenófobo e ideológico.
La mujer recibió un puñetazo en la cara y golpes que le han causado desviación del tabique nasal y varios traumatismos. Todo ocurrió el sábado por la tarde. La familia retiraba algunos lazos amarillos en la zona de Ciutat Vella de Barcelona y el hombre les recriminó su actuación por ensuciar la ciudad.
La mujer se dirigió a él para que no hablara de ese modo a sus hijos y él la insultó por su origen ruso y le dio un puñetazo. Los mossos que acudieron al lugar no detuvieron al hombre ni lo denunciaron, sólo lo identificaron e incluso le aconsejaron que acreditara en un centro médico sus rasguños y denunciara a la agredida, según aseguró él mismo a Estrella Digital en una entrevista exclusiva.
Hoy, sin embargo, los mandos de los Mossos, tras reexaminar el atestado en el que se recogieron los hechos, han considerado que existen indicios de un presunto delito de odio y han remitido sus actuaciones a un juzgado y a la Fiscalía Especial para Delitos de Odio y Xenofobia de Cataluña, dirigida por Miguel Ángel Aguilar.
A esta Fiscalía llegan las denuncias por persecución ideológica en Cataluña, como por ejemplo, las de los Guardias Civiles que denunciaron por el acoso sufrido durante el referéndum del 1-O.
Con esta actuación los Mossos reivindican su independencia en medio de una tormenta política y mediática sobre la intencionalidad política de este agresor. Casualmente todas las denuncias que se han producido por acoso de los a los constitucionalistas han sido remitidas a esta fiscalía donde se suelen ventilar los delitos de persecución ideológica.
Carlos Quílez