sábado, noviembre 23, 2024
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Dónde fue a parar la millonaria comisión por el tren de Navalcarnero

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Es el camarote de los hermanos Marx sólo que, en vez de hermanos bienvenidos, se trata de turbios personajes vinculados, implicados o directamente enfangados en casos de flagrante corrupción.

“Entre los delirios de grandeza y megalomanía de la que fuera presidenta de la comunidad de Madrid se encontraba la construcción de una línea férrea que conectase las poblaciones de Navalcarnero y Móstoles”. Son palabras de Ignacio González. Corrían los primeros días de 2007 y en España el dinero se movía  de aquí para allá sin estrecheces. La crisis aún estaba por llegar.

El presupuesto de la obra se situó en más de 350 millones de euros. Se licitó y de forma inapelable OHL, el gigante de la construcción que lidera Villar Mir, se hizo con la contrata. Ese mismo año, más de 1.450.000 euros fueron transferidos desde sociedades mexicanas controladas por el holding de Villar Mir  a cuentas numeradas bajo control de personas vinculadas al partido popular en Suiza.

Dinero a raudales

Las intervenciones telefónicas del “caso Lezo” muestran cómo dicha comisión está relacionada indefectiblemente con la concesión de la macro obra proyectada. Para el juez Eloy Velasco, primer instructor del “Caso Lezo”, no hay duda: el dinero fue a parar a manos de Ignacio González, el número dos de Aguirre. Aunque éste lo negó, el juez incluyó esta imputación en el auto de prisión contra el vicepresidente de la comunidad. González, antes de ser detenido y con una naturalidad y una concreción casi propia de quien en el fondo sabe que está siendo escuchado, mantiene dos conversaciones determinantes para dilucidar dos aspectos básicos del caso:  En primer lugar  sus mesuradas conversaciones constatan el mercadeo de comisiones a cambio de obras públicas que se estilaba en este país en pleno “boom” del pelotazo urbanístico . Y en segundo lugar, la intervención de sus conversaciones no hacen más que evidenciar cómo altos servidores públicos hablaban y actuaban como lo hacen los más arquetípicos mafiosos.

González en guerra contra Villar Mir

Una de estas conversaciones se produce entre Ignacio González y su amigo, el ex subdelegado del gobierno en Palencia y antiguo militante franquista, Luis Vicente Moro. En ella, González identifica a Villar Mir (a quien insulta de forma soez en distintas ocasiones) como «la mano negra que le quiere hundir». Dice que el empresario contrató a los detectives que le han acabado “arruinando la vida”. González comenta con Moro que Villar Mir además, filtró dosieres “delicados” a la prensa sobre el ático de Marbella y que dejó rastros ficticios para que se pudiera insinuar que el vicepresidente de la comunidad era el receptor de la mordida por el proyecto del tren de Navalcarnero a Móstoles. Era una forma, dice González, de tenerle pillado.

González y Zaplana, al alimón

En otra conversación, en este caso entre Ignacio González y su amigo, el ex ministro, Eduardo Zaplana –encarcelado por otro caso de corrupción-, el número dos de Esperanza Aguirre concreta la mecánica del pago y cobro de esa mordida. Dice González ante un atento y curioso Zaplana que el yerno de Villar Mir, Javier López Madrid, le dijo que su suegro pagó “el sobrecito” y que de esa operación  están al corriente Rajoy y el ex gerente del PP, Álvaro Lapuerta.

Según López Madrid, el pago se hizo mediante la colaboración del intermediario Adrián de la Joya quien más tarde, en su declaración ante el juez, reconoció que al menos una parte del “sobrecito”  se lo quedo porque OHL “le debía dinero”, tal y como recogen en sus informes la Guardia Civil.

González habla de forma despectiva  de la familia Villar Mir aunque reconoce que “yo metí en Bankia a López Madrid”

 

Carlos Quílez

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