El anuncio de Defensa de que revisaría el contrato para la venta de esas bombas ante la posibilidad de que fueran usadas en Yemen, ha generado una oleada de protestas entre los trabajadores de Navantia ante el temor de que Arabia Saudí pueda cancelar como represalia el contrato de cinco corbetas en los astilleros de San Fernando.
«Este Gobierno no tiene ninguna constancia, mas allá de alguna maledicencia, de que ningún contrato que se vaya a hacer en Navantia de San Fernando vaya vinculado a ningún otro contrato firmado con Arabia Saudí», ha asegurado Robles en una comparecencia ante la Comisión de Defensa del Senado.
Para la titular de Defensa, es «políticamente irresponsable» que a los trabajadores de Navantia «se les pueda introducir el miedo en el cuerpo» o se les manipule de forma «electoralista» y ha insistido en que el Ejecutivo no dejará «abandonados» a los trabajadores de los astilleros españoles.
Sobre la venta de esas 400 bombas de precisión que ha iniciado el contencioso, Robles ha explicado que el Ejecutivo tiene la obligación de analizar con «serenidad y calma» los contratos firmados con terceros países en el marco del respeto a los derechos humanos y las resoluciones de Naciones Unidas.
En ese contexto, ese contrato se encuentra ahora «en fase de estudio», pero no suspendido de forma definitiva.
«Las discrepancias en el contenido de ese contrato se estudiarán con Arabia Saudí desde el rigor y las buenas relaciones y en el marco de un convenio que expresamente prevé que en el supuesto de duda en la interpretación del contrato se resolverá de manera amistosa», ha informado.
Una revisión del contrato que ha sido duramente criticada por el senador del PP Luis Rodríguez Comendador, que ha acusado al Gobierno de poner en peligro la credibilidad de España ante un importante socio comercial como Arabia Saudí.
«¿Cree que romper unilateralmente un contrato no va a tener repercusiones?», se ha preguntado el senador del PP, que ha garantizado que el PP será un «leal adversario» del Gobierno en la política de defensa.
Más allá de la situación de los contratos con Arabia Saudí, Robles ha hecho una defensa cerrada de la industria militar española como «activo estratégico» que potencia la autonomía de las capacidades de las Fuerzas Armadas y generan un importante número de puestos de trabajo.
En este apoyo a la industria militar, ha informado de que en los primeros 100 días de Gobierno socialista, el Ejecutivo ha desbloqueado programas de armamento por importe de 4.200 millones euros.
«Nos parecía esencial y prioritario porque no entendíamos que algunos programas no se hubieran puesto en marcha», ha destacado.
Entre esos programas, la titular de Defensa ha citado el del nuevo submarino S-80 o la modernización de los helicópteros de transporte Chinook.
Pese a estas inversiones, Robles ha advertido de que EEUU no puede marcar la política presupuestaria del Ministerio de Defensa de España como, según ha asegurado, le trasladó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Donald Trump en la última cumbre de la OTAN.
En este contexto, la ministra de Defensa ha pedido que no se utilice la política de defensa, una política de Estado, en las peleas partidistas, y se ha fijado como objetivo principal de su mandato mantener unas Fuerzas Armadas modernas y profesionales.
«Es esencial que fomentemos la política de defensa, que permita a los ciudadanos identificarse con las Fuerzas Armadas», ha dicho.
Por ello, ha abogado por una capacidad de defensa «fuerte y creíble» que contribuya a la «disuasión» ante las posibles amenazas para la seguridad.
En esa labor, el Gobierno socialista ha reintegrado en Defensa al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), un organismo que, ha remarcado Robles, «no es propiedad de ningún partido» y que trabaja con plena independencia esté quien esté en el Ejecutivo.
Ha defendido lo «más preciado» que tienen las Fuerzas Armadas, como es su personal, «digna representación de la marca España» y para quienes es necesario poner en marcha una carrera profesional «atractiva» para ellos y sus familias, con un «plan de choque» para mejorar la vida en los acuartelamientos.
La ministra ha reconocido que en alguna visita se ha sentido «conmovida» por las condiciones de trabajo de determinadas instalaciones militares.
Es también idea de su departamento mejorar la conciliación de la vida profesional y personal y potenciar el papel de la mujer en los Ejércitos, en un momento en que solo un 13 por ciento de los militares son mujeres.
Redacción