El PP y Ciudadanos han endurecido hoy la presión sobre la ministra de Justicia, Dolores Delgado, tras la difusión de audios grabados durante una comida que compartió en 2009 con, entre otros, el excomisario José Villarejo, de cuya estrategia procesal la exfiscal se siente víctima.
«Primero cargó contra la Jefatura del Estado con grabaciones relacionadas con el rey emérito. Ahora ataca al Ejecutivo en la persona de la ministra de Justicia», ha señalado el Ministerio en un comunicado, recordando las grabaciones filtradas este verano en las que Villarejo conversaba con la amiga del rey Juan Carlos Corinna zu Sayn-Wittgenstein.
Tras destacar que el excomisario se encuentra en prisión provisional acusado de «delitos muy graves», el Ministerio asegura que Delgado «va a seguir trabajando como hasta ahora para mejorar la calidad de la justicia como servicio público» y comparecerá en el Congreso.
Según sus explicaciones, a lo largo de los 25 años en los que ha trabajado como fiscal en la Audiencia Nacional, puesto que dejó para asumir la cartera de ministra, «tiene recuerdo de haber coincidido con el comisario José Villarejo en tres ocasiones junto a otros mandos policiales y cargos judiciales y fiscales».
Antes de este comunicado, el PP ha considerado que no puede continuar en el cargo «ni un minuto más» después de que haya quedado demostrado que ha «mentido de forma tan descarada» sobre su relación con Villarejo y, por su parte, Ciudadanos ha pedido su comparecencia urgente.
Los audios difundidos hoy, publicados por el digital moncloa.com, fueron grabados durante una comida celebrada el 23 de octubre de 2009 en la que participaron Delgado, el entonces magistrado Baltasar Garzón, tres mandos policiales y Villarejo, para celebrar una medalla que Interior había concedido a este último.
En la conversación se alude a casos en estudio en ese momento, como el del Alakrana; a policías destinados a la Audiencia Nacional, uno de ellos criticado duramente por Garzón, o a cuestiones internas del tribunal.
Según ha explicado el Ministerio de Justicia, ese «evento» fue convocado por el entonces director adjunto operativo (DAO) de la Policía Miguel Ángel Fernández Chico y Delgado, que no había sido invitada, acudió acompañando a Garzón, que se lo pidió.
La amistad entre Delgado y Garzón es «pública y notoria»; se conocen desde hace 19 años y han colaborado en la desarticulación de cárteles de la droga, comandos de ETA y el entramado institucional de la organización terrorista, ha destacado el Ministerio.
Delgado también ha trabajado «en varias ocasiones» junto al comisario Enrique García Castaño, que asistió a la comida y a quien Justicia presenta como «uno de los principales expertos españoles en materia de terrorismo yihadista y de ETA».
El comisario García Castaño, conocido en círculos policiales como «el Gordo» y mano derecha de Villarejo, está imputado como él en el caso Tándem y de su defensa se ha hecho cargo Garzón.
En rueda de prensa, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha vuelto a pedir al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, que convoque elecciones cuanto antes porque los españoles «no se merecen un Gobierno que mienta».
En opinión del PP, la situación de Delgado es «insostenible» y que siga en el cargo es «una vergüenza para Pedro Sánchez y para el PSOE».
Si no hay cambios en el orden del día, Delgado se convertirá mañana en la primera ministra del Gobierno de Pedro Sánchez reprobada en el Senado a propuesta del PP, que cuenta con mayoría absoluta en la Cámara Alta.
En su moción, los populares se centran en la gestión de Delgado ante la demanda presentada en Bélgica por el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y cuatro exconsejeros huidos contra el juez instructor del caso del «procés», Pablo Llarena.
El miércoles, en el pleno del Congreso, interpelarán de nuevo a la titular de Justicia para preguntarle «cuándo va a dimitir» y, en el caso de no hacerlo, pedir su «cese inmediato».
Por su parte, la portavoz de Cs, Inés Arrimadas, ha solicitado la comparecencia urgente de la ministra porque las grabaciones, a su juicio, ponen de relieve que «parece que no ha dicho toda la verdad» cuando hace unos días negó cualquier relación con el excomisario, investigado por la Audiencia Nacional por vender información confidencial que obtenía gracias a su red policial.
Las primeras noticias que vincularon a Delgado y Villarejo fueron publicadas por El Confidencial, que apuntaba a una presunta cita entre los dos en el marco del proceso de extradición de un empresario que se tramitaba en la Audiencia Nacional.
El Ministerio de Justicia garantizó entonces que «mientras ejerció como fiscal» en ese tribunal Delgado «ni concertó ni mantuvo cita alguna con el comisario citado en la información, con el que nunca ha tenido relación de ningún tipo».
La propia Delgado aseguró ese mismo día que no había tenido «ninguna relación profesional con ningún asunto» que hubiera llevado Villarejo en la Audiencia y, al día siguiente, el Ministerio insistió en negar cualquier «tipo de relación personal, profesional, oficial o no oficial» con el excomisario «más allá de haber coincidido con él en compañía de otras personas en algún evento».
La Fiscalía de la Audiencia negó que Delgado interviniera en aquel proceso de extradición.
Redacción