Los registros en noviembre de 2017 a las cuatro viviendas relacionadas con el excomisario José Villarejo se saldaron con el recuento de 205.000 euros en metálico, así como con 47 lápices de memoria y 14 discos duros donde guardaba la información que ahora analiza la Policía.
Los resultados de los registros efectuados por orden del juez del caso Tándem, que se recogen en los tomos del sumario de la causa, muestran que Villarejo guardaba dinero en metálico en las viviendas que la Policía registró.
Se trata de una finca llamada «El Montecillo» y compuesta por una casa de grandes dimensiones y varios anexos en Boadilla del Monte (Madrid), que constituía según la Policía su «residencia habitual» junto a su mujer, dos viviendas en la misma localidad a nombre de sociedades suyas y una cuarta en Estepona (Málaga) que los investigadores identifican como su segunda residencia.
En concreto, en una de las casas de Boadilla del Monte los agentes hallaron casi 96.000 euros en metálico y 3.500 dólares, aunque la cantidad mayor apareció en Estepona, donde encontraron 109.810 euros.
Además del dinero, los agentes se incautaron de numerosos dispositivos para almacenar datos, de manera que se hicieron con teras y teras de información que están ahora analizando y que arrojan, además de documentos, muchas grabaciones que Villarejo hacía de sus conversaciones privadas.
Así, en la finca de Boadilla, que tiene su entrada por la avenida de España, se encontraron 41 «pendrives» y 3 discos duros externos, mientras que en otro de los domicilios de esta localidad, en la calle Mártires, se hallaron otros 3 lápices de memoria y 7 discos duros.
En la casa de Boadilla de la calle Clavel los policías encontraron 3 discos duros externos y otros 4 lápices de memoria, mientras que en Estepona solo hallaron un disco duro.
Todo ello sin contar numerosos CDs y DVDs, así como ordenadores, teléfonos y tabletas.
Villarejo, en prisión desde hace casi un año por el caso Tándem, fue detenido en las mismas fechas en las que se realizaron los registros. En las conversaciones que aparecieron almacenadas en los dispositivos incautados se jactaba de sus métodos para encriptar información y aseguraba que si un día registrasen su casa encontrarían «un poco de pasta», pero no comunicaciones, dado que esas las llevaba «a rajatabla».
Sin embargo, la Policía encontró una cantidad ingente de información que está procediendo a desencriptar y también halló grabaciones (como la de Corinna zu Sayn-Wittgenstein) en los registros a su socio y abogado Rafael Redondo.
En concreto, en la entrada a la casa de Redondo de la localidad madrileña de Galapagar se encontraron 11 discos duros, 8 lápices de memoria y otros ordenadores y tabletas.
Finalmente, en el registro de la empresa de la Torre Picasso de Madrid donde Villarejo tenía el epicentro de sus empresas y en la que Redondo disponía de despacho, se encontraron otros 9 discos duros externos con información, 8 «pendrives» y dos grabadoras, así como 3.625 euros, 1.727 dólares y 350 libras esterlinas.
Redacción